Todos adoran al cocinero punk

NUEVA YORK.– Mañana muy agradable en las mesitas de la vereda de un café. Tato, el hijo de esta cronista, tiene puestos anteojos de sol redondos, una bufanda celeste y campera. Un amigo un poco más grande le dice: “parecés Anthony Bourdain”. Tato tiene 13 años, pero tanto él como todos los demás adolescentes y preadolescentes en la mesa entienden la referencia –y la toman como un alto elogio.

El nivel de idolatría por Bourdain este mes, en el que se cumplen 20 años de la publicación de su biblia Kitchen Confidential, ya roza lo inverosímil. Hay una edición especial conmemorativa, nuevos eventos bajo el hashtag #BourdainDay, y un revival emocional que lo reafirma como un ícono cultural global.

No en vano el Sunday Times describió al libro, que vendió más de un millón de copias y fue traducido a 25 idiomas, como “más horriblemente atrapante que una novela de Stephen King”

Bourdain fue un chef, escritor y conductor de televisión, y el alma detrás de Les Halles, una mítica brasserie de Manhattan. Su salto a la fama llegó en el año 2000 con Kitchen Confidential, libro en el que contaba, con lenguaje filoso y brutal honestidad, los secretos menos glamurosos del mundo de la cocina profesional. No en vano el Sunday Times describió al libro, que vendió más de un millón de copias y fue traducido a 25 idiomas, como “más horriblemente atrapante que una novela de Stephen King”.

Pero Bourdain (que se suicidó en 2010, lo cual también contribuyó a su estatura de mito), capturó la imaginación asimismo con programas de viajes como No Reservations y Parts Unknown, en los que selló su fama como un humanista de los márgenes.

En la introducción de esta edición aniversario, el escritor escocés Irvine Welsh –autor de Trainspotting– no escatima elogios. Bourdain, dice, fue el primero en mostrar el lado oscuro, caótico, a veces brutal y muchas veces poético de las cocinas profesionales. No eran templos sino trincheras llenas de tipos tatuados, con cuchillos afilados y pasados complicados. Cocinar era una forma de arte, pero también de redención, de escape o incluso de autodestrucción. Con Bourdain el chef dejó de ser un artesano invisible o un exquisito para convertirse en un rockstar existencial. Welsh lo compara con un narrador beat, un cronista punk, un visionario de la grasa y el fuego.

Welsh señala, incluso, que Kitchen Confidential se inscribe en la tradición de George Orwell en Down and Out in Paris and London. Lo hace no solo para narrar la dureza del oficio, sino para hacer una crítica social punzante sobre jerarquía, explotación y dignidad en las cocinas.

Y sin embargo, como todo mito, también tiene su contracara. En The Free Press, la periodista Kat Rosenfield sostuvo que muchos de sus admiradores parecen creer que Bourdain “inventó el acto de emborracharse sintiéndose solo, o que una comida no vale la pena si casi no te morís en un tuk tuk para llegar”. Ese culto, dice, dio lugar a una tribu que compite por comer “la carne callejera más gangrenada posible”, lo cual no sería tan grave si no fuera porque, además, “no dejan de hablar de ello jamás”. Paradójicamente, Bourdain dejó una serie de consejos de sentido común que hoy, a través de su estilo rebelde y afilado, están llegando a los adolescentes.

Tomasa, la hija de 15 años de esta cronista, por ejemplo, arrancó el verano con Kitchen Confidential. Explicó que es uno de los libros que está trending en redes, con todo el mundo posteando videos al respecto. Lo curioso es que entre las frases de Bourdain que les quedan está la famosa “Tu cuerpo no es un templo, es un parque de diversiones. Disfrutá el viaje”, por supuesto. Pero también “No como en un restaurante con baños sucios. Imaginá cómo estarán las áreas de trabajo que no se ven”. Esto es ideal justo en tiempo de viajes de vacaciones escolares, que suelen incluir paradas de salubridad dudosa. Es maravilloso que lean sobre un espíritu sin moralinas, que abrazaba el placer y también el riesgo que a veces ese estilo conlleva para llevar su mensaje. Pero también que sepan que hasta el hombre que probó sesos de cabra fermentados en el desierto tenía sus límites.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/todos-adoran-al-cocinero-punk-nid29062025/

Comentarios

Comentar artículo