Un proyecto de ley en el estado de Nueva York genera debate al proponer restricciones a los controles policiales de tránsito por infracciones menores. La iniciativa, impulsada por el senador Brad Hoylman-Sigal, apunta a reducir lo que considera detenciones innecesarias y a promover la “equidad racial y la seguridad pública”. Sin embargo, voces críticas, especialmente desde el ámbito policial y judicial, advierten que la medida podría aumentar la inseguridad vial y obstaculizar el trabajo de las fuerzas de seguridad.
“Equidad racial”: ¿Qué sugiere el proyecto de ley de Nueva York?El texto, identificado como Senate Bill S3662A, busca modificar la normativa de tránsito para limitar las detenciones vehiculares por faltas consideradas “secundarias”. Entre los puntos más destacados se incluyen:
Infracciones excluidas: no se podrá detener a conductores por fallas en luces traseras, parabrisas obstruidos por objetos colgantes, registraciones vencidas, exceso de tintado en ventanas u olores a cannabis, entre otras.Excepciones: los agentes sí podrán actuar si la infracción pone en riesgo la vida (como visión severamente obstruida) o si el vehículo es comercial.Prohibición de discriminación: se prohíbe explícitamente que las detenciones se basen en raza, etnia u otros factores protegidos por las leyes de derechos humanos.Recolección de datos: las fuerzas policiales deberán documentar detalles de cada control, entre los cuales se incluyen duración, motivo y perfil demográfico de los detenidos, para transparentar posibles sesgos.La normativa también establece que las pruebas obtenidas en paradas ilegales según esta ley serán inadmisibles en tribunales, y obliga a los oficiales a informar a los conductores sobre su derecho a rechazar un registro vehicular.
Reacciones encontradas en Nueva York: ¿Equidad o riesgo?Mientras los impulsores argumentan que la medida busca combatir el perfilamiento racial, críticos como el comisario de policía de Nassau, Patrick Ryder, sostienen que debilita herramientas clave para garantizar la seguridad, según explicaron en Fox News. Datos citados por los detractores revelan que, en ese condado, el 61% de los arrestos corresponden a residentes afroamericanos o latinos, aunque representan menos del 30% de la población.
Bruce Blakeman, legislador del condado, calificó la iniciativa como “pro-criminal” y destacó que los agentes suelen desconocer la raza de los conductores antes de detenerlos. Por su parte, la fiscal Anne Donnelly fue más allá: “Es lo más ridículo que vi en mis 36 años en la justicia”, afirmó, además de citar el caso del asesino serial Joel Rifkin, capturado en 1993 tras un control rutinario por una patente faltante.
El trasfondo de la medida del Senado de Nueva York: datos vs. percepcionesEl proyecto refuerza la tensión entre reformas progresistas y políticas de “mano dura”. Según el senador Hoylman-Sigal, los controles por faltas menores son “pretextos” para hostigar a minorías, mientras autoridades como Ryder insisten en que muchas veces derivan en hallazgos de delitos graves. La discusión también llega a la seguridad vial: “Si quitan estas herramientas, las calles serán más peligrosas”, advirtió el comisario.
Con la legislación aún en comité, el debate promete escalar. Mientras organizaciones civiles celebran el avance hacia una policía “menos intrusiva”, sus detractores aseguran que Nueva York podría convertirse en un laboratorio de consecuencias imprevisibles. “Nunca sabes qué puede esconder un auto detenido por algo ‘pequeño’”, cerró Donnelly, en alusión a casos como el de Rifkin.
La iniciativa, de aprobarse, entraría en vigor en enero de 2026, aunque su destino depende de una legislatura dividida y un clima político donde la seguridad pública domina la agenda.