Por qué no hay que vengarse, según la explicación de una psicóloga

El deseo de vengarse de otros es un sentimiento muy humano que puede aflorar a veces y que hace que se reviva constantemente la ofensa recibida en un estado de continuo enojo. Sin embargo, según la psicología, efectuar la venganza trae peores males de lo que uno esperaría, por lo que se recomienda pensar las cosas dos veces.

“Buscar venganza en lugar de perdonar nos lleva a una mayor infelicidad, porque nos mantiene conectados con el sufrimiento que deseamos dejar atrás”, aseguró la experta en Psicología Clínica, Alexandra Navarrete, según consignó La Vanguardia.

Numerosas investigaciones en el campo de la psicología demostraron que quienes optan por la venganza rara vez alcanzan la satisfacción esperada. En lugar de cerrar una herida, la acción vengativa la profundiza, ya que el resentimiento se alimenta del conflicto y el deseo de castigo desvía el enfoque del propio bienestar hacia la necesidad de controlar al otro.

Aunque en un principio pueda parecer un acto de fortaleza, a largo plazo se transforma en una trampa emocional que perpetúa el dolor que se pretendía superar. El alivio no llega y, en su lugar, se instala el agotamiento emocional.

Lejos de sanar, prolonga el daño, fortalece el enojo y perpetúa la sensación de haber sido herido”, explicó la profesional sobre el proceso que pretende ser una forma de equilibrio, pero que rompe la paz de quien lo ejecuta.

Lo que impulsa el deseo de venganza es herir al otro. La intención no es reparar lo ocurrido, sino devolver el sufrimiento. Este objetivo rara vez calma el dolor interno ni devuelve la serenidad.

Cuando la venganza domina los pensamientos, la mente se queda atrapada en un ciclo que te impide buscar una salida pacífica. “Desde la psicología, sabemos que centrarse en castigar al otro refuerza el lazo emocional con la herida y con quien la causó, dificultando el proceso de sanación”, afirmó Navarrete.

La consecuencia suele ser un profundo malestar. El aparente alivio de la revancha es pasajero y, en muchos casos, viene seguido de culpa por haberse dejado llevar por la ira y actuar en contra de los propios valores.

La respuesta: saber perdonar

Según los expertos, la alternativa está en el perdón. Perdonar no significa justificar ni olvidar el daño, sino liberar esa carga emocional para recuperar el equilibrio y avanzar. Según la especialista, “la forma más poderosa de sanar es soltar el rencor”. Al perdonar, se recupera el bienestar y podemos avanzar sin arrastrar el peso del rencor.

Ya lo decía El Chavo del Ocho en su célebre frase: “La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”. Los malos pensamientos que requiere efectuar la venganza son los que hay que combatir. En lugar de sanar, la venganza perpetúa el ciclo de sufrimiento y resentimiento.

La psicología explica que la venganza puede parecer como un acto de devolver lo recibido o de recuperar el control, pero en realidad suele mantener a las personas atrapadas en el dolor. Al centrarse en hacer daño al otro, se refuerza la conexión emocional con el sufrimiento y con la persona dañina, lo que impide que la herida cicatrice.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/por-que-no-hay-que-vengarse-segun-la-explicacion-de-una-psicologa-nid14072025/

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