Ni en 130 vidas

No podemos comprender la escala de los fenómenos naturales. No es que no queremos. No es desidia. Ni ignorancia. Simplemente, la consciencia humana no tiene la capacidad para abarcar ciertas dimensiones. Es un problema, porque si bien los desastres naturales se cobran vidas y arrasan con el patrimonio propio y el público, nos hemos habituado a verlos por la tele. Y eso nos anestesia ante la tragedia. Por eso, me gustaría ofrecer un número. Quizá ayude a advertir que el planeta está al mando, no nosotros. Mi casa da a una laguna de unos 220 metros de diámetro. Con el diluvio catastrófico de mediados de mayo, el agua subió hasta tapar los muelles. Así que, más o menos, el nivel se elevó unos 40 centímetros. Parece poco e inspira la idea, tan moderna, del control, de cómo hacemos para drenar el sobrante. Pero no es tan sencillo. La laguna es casi perfectamente circular, y si idealizamos un poco su geometría (las riberas caen a pique, así que es un enfoque adecuado) y hacemos números, resulta que un cilindro de 110 metros de radio por 40 centímetros de altura tiene un volumen de 15,2 millones de litros. Es el equivalente a la cantidad de agua que uno bebería en más de 130 vidas. Y fue el resultado de la luvia en la zona durante un solo día. Recomiendo humildad. En serio.

(Aclaración, solo por completud y precisión. Por supuesto que no llovieron 15 millones de litros de agua sobre este espejo de agua en particular, pero el volumen de la laguna aumentó en esa cifra debido al impacto del diluvio sobre la zona, incluidos los ríos, arroyos y otras lagunas cercanos, las napas y demás.)



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/ni-en-130-vidas-nid10062025/

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