El 10 de mayo se conmemora el Día Internacional de las Aves Migratorias. La Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro invita a reflexionar sobre la conservación de estas especies y sus hábitats clave.
Cada año, diversas especies de aves migratorias llegan a Río Negro desde distintos puntos del continente. Entre ellas, el Playero Rojizo, el Rayador, el Chorlo Ártico y la Golondrina Parda surcan miles de kilómetros para encontrar alimento y descanso en nuestras costas, lagunas y estepas.
Estos viajes extraordinarios hacen de Río Negro una provincia estratégica para su conservación. Áreas Naturales Protegidas como Bahía de San Antonio, Punta Bermeja o las Lagunas de Carri Laufquen funcionan como refugios esenciales para estas especies.
El Playero Rojizo, un símbolo de conservación
De las aves migratorias que visitan la provincia, el Playero Rojizo (Calidris canutus rufa) se destaca por su asombrosa travesía: recorre más de 15.000 kilómetros desde el Ártico canadiense hasta nuestras costas. En particular, el Área Natural Protegida Bahía de San Antonio le ofrece alimento y descanso clave para su supervivencia.
La especie se encuentra catalogada como vulnerable, y su conservación depende directamente del estado de los ecosistemas costeros. Su presencia en nuestras playas no sólo es una maravilla natural, sino también un llamado de atención sobre la necesidad de proteger los hábitats que estas aves utilizan en sus ciclos migratorios.
Las aves migratorias dependen de la buena salud de los ecosistemas que visitan. La preservación de los humedales, costas y cuerpos de agua es crucial para su supervivencia. Por eso, desde la Secretaría de Ambiente se refuerzan acciones para proteger estos entornos y se impulsa el turismo responsable y la educación ambiental.
“La migración de las aves nos recuerda que la naturaleza no reconoce fronteras. Cada acción local suma en la conservación global”, expresó Oscar Cozani, Subsecretario de Área Naturales Protegidas.
En este día, se invita a la ciudadanía a conocer, valorar y cuidar estos espacios que conectan a Río Negro con el resto del mundo a través del vuelo de sus aves.