Eran las 19.38. Entró con la seriedad habitual, con un corte de pelo descontracturado, vestido de saco y camisa, al lado de Fabián Berlanga, el presidente de Vélez. Se sentaron a metros de Ricky Álvarez, el manager, fundamental para su arribo. “Espero que dé lo mejor”, hizo su presentación el dirigente. De brazos cruzados, Guillermo Barros Schelotto. Un símbolo del fútbol argentino está de vuelta.
“Es un orgullo estar en el lugar en donde estuvo Carlos Bianchi. Tenía la idea de volver al fútbol argentino, en Vélez tener el proyecto de desarrollar las divisiones inferiores. Coincidimos en esas cosas, me gustó y el acuerdo fue rápido”, sostiene el ídolo de Boca como jugador, observado de reojo como conductor xeneize y de pasos deslucidos en los últimos años.
La misión de relanzarse: ese es el objetivo. Matizado de recuerdos de glorias de Liniers y la Ribera. “No hablé con Carlos, Gustavo (su hermano) habló con Carlos. Tenemos una relación extraordinaria, fue un entrenador increíble. No sé qué expectativa puedo generar en el fútbol argentino, no le presto atención. El impacto que tenga... no me importa”, sugiere. Y sonríe. Lejos de la picardía de jugador, es un hombre maduro. Más serio que nunca. El que extrañaba algunos retazos del antiguo fútbol argentino.
“Un poco, al ser argentino, extraño la idiosincrasia, la cultura futbolística. Hay cosas malas, por ejemplo estaría bueno que vuelvan los visitantes. En otros lados se vive de otra manera, que no está mal. Nuestra cultura es la pasión, más ahora que este fútbol es campeón del mundo. Eso lo extrañaba. Es un desafío muy lindo, muy grande para mí”, cuenta. Y rápidamente presenta una advertencia. “¿Si me llamaron de Boca? Estoy en Vélez, hablo específicamente de Vélez”, argumenta.
"ESTOY EN VÉLEZ Y HABLO ESPECÍFICAMENTE DE VÉLEZ"
👀 Guillermo Barros Schelotto fue consultado sobre un regreso a Boca pic.twitter.com/hjv4Qj58cq
Gustavo y Pocho Insua serán sus colaboradores, Juan Romero, el entrenador de arqueros, mientras que el preparador físico lo va a disponer el club. El proyecto será la sangre joven. “Con Pocho jugamos juntos. Nos cruzamos dos o tres veces en otro país, siempre tuvimos una buena relación. Nos va a dar algo especial. Es un profesional idóneo para la tarea que queremos. Los juveniles tendrán un rol importante. Entre todos, debemos volver a recuperar al equipo que salió campeón en la temporada pasada. Si saliste campeón en varias divisiones de la reserva, hay que potenciarlos”, asegura.
Siempre aplomado, seguro y sin ningún tipo de ironía. Ni tiros por elevación. ¿Las críticas que recibió de parte de José Luis Chilavert y Pacha Cardozo? “Que reciban bien al equipo, que alienten en el partido con Riestra, que se contagien. Yo vengo a dar lo mejor de mí, como me pasó en Gimnasia, Lanús o Boca, voy a matarme por esa camiseta”, asume. Y, lógicamente, disfrutó de la victoria del Fortín contra Atlético Tucumán por 2 a 1. “Me gustó la actitud del equipo, más allá de haber jugado bien. La característica que Vélez siempre tuvo: la personalidad, la lucha”, dice.
"ES UN ORGULLO ESTAR EN EL LUGAR QUE ESTUVO CARLOS BIANCHI". Las primeras palabras de Guillermo Barros Schelotto como entrenador de Vélez. pic.twitter.com/oVaZh3C6tQ
— SportsCenter (@SC_ESPN) March 18, 2025Después de la salida de Sebastián Domínguez días atrás, a causa de los malos resultados en una gestión muy breve, los dirigentes de la entidad de Liniers entendieron que debían dar un golpe sobre la mesa y hacer un cambio en un equipo que es el último campeón del fútbol argentino, pero que arrancó la temporada 2025 acumulando derrotas. La contratación del Mellizo se resolvió sin demasiadas negociaciones, con un acuerdo por dos temporadas.
“La diferencia es notable, en resultados está visto. De lo que pasó a lo que se ve hoy, pero necesito estar adentro”, advierte sobre la situación de su nuevo club. Y ya piensa en la Copa Libertadores y la extraña coincidencia de enfrentarse con Martín Palermo, el DT de Olimpia. “Hablé con Martín justo antes del sorteo. Es una coincidencia por nuestro pasado y nada más. Los dos vamos a querer ganar”, señala. “Por los últimos resultados, cuando los equipos brasileños se impusieron, lo nuestro es cuestión de soñar. Ojalá que podamos ordenar, recuperar el equipo que salió campeón, y estar en la pelea”, describe.
🤝🏼 ¡BIENVENIDO, GUILLERMO!
Que sea con muchos éxitos, Melli 💪🏼 pic.twitter.com/1fnDUnhmU8
Los dirigentes le acercaron la propuesta y el entrenador, que no dirige en el fútbol argentino desde fines de 2018, tras la traumática caída de Boca frente a River en la final de la Copa Libertadores en Madrid, conforme en los términos generales y después de analizar cada detalle con sus abogados, aceptó su desembarco en Liniers. Está ilusionado.
El conductor, de 51 años, comenzó su carrera como entrenador en Lanús, con el que logró coronarse en la Copa Sudamericana 2013. Tras una experiencia frustrada en Palermo, de Italia, le llegó el momento de volver al país para dirigir a Boca. En el club de la Ribera logró dos títulos locales (2017 y 2018); tiempo después, la caída en la final de la Libertadores 2018 contra River, en el mítico Bernabéu, le puso punto final a su ciclo como DT xeneize.
"Vengo a dar lo mejor de mí para que Vélez esté en lo más alto".
¡Vamos todos por lo mismo! 💪🏼💙 pic.twitter.com/U6bJlZj6Lu
El paso posterior fue hacia los Estados Unidos, para dirigir en la MLS, la liga en la que Guillermo se había retirado como futbolista, cuando jugó para Columbus Crew. Su experiencia en el fútbol estadounidense comenzó en Los Ángeles Galaxy. En 2020, después de quedar último en la Conferencia Oeste de la MLS, con un récord de cinco triunfos, tres empates y 11 derrotas, fue despedido.
Tiempo después, los hermanos fueron contratados por la selección de Paraguay, que pretendía clasificarse a la Copa del Mundo del Qatar. Los Mellizos no lograron el objetivo y su aventura fue por 17 encuentros, con cuatro triunfos, cuatro empates y nueve derrotas, antes de ser despedidos en septiembre de 2023, por los malos resultados.
"CREO QUE ES AL REVÉS..." Guillermo Barros Schelotto y una frase sobre Gustavo que sacó varias risas en la conferencia de prensa.
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“Es difícil hablar de uno mismo. Imagino que estoy más maduro que cuando era jugador”, se incomoda un poco. Y se ríe, al fin, cuando le preguntan por su función específica y el rol de su hermano, al que admira y potencia, al asumir que el entrenador es él. “Creo que es al revés... En realidad, entre los tres decidimos todo, yo soy la cabeza, pero las decisiones las tomamos entre todos”, cuenta.
Guillermo vivía en Estados Unidos, estaba alejado de nuestro medio, nunca tuvo sintonía fina con Juan Román Riquelme para regresar a Boca, no quería ser parte del circo local. De hecho, rechazó propuestas de Racing (con un plantel de otra jerarquía del que tiene e Fortín) y Gimnasia (el club de su vida). Hasta que se presentó Vélez y se reencontró con el deseo. La plata no fue un impedimento: para el Mellizo es aquí, es ahora. Para volver a ser.