PARIS.– Las nuevas medidas dispuestas por el Gobierno argentino para acreditar periodistas a las conferencias de prensa de la Casa Rosada son “dictatoriales”, violan la libertad de informar y “parecen copiadas del sistema utilizado por los chinos”, según un responsable del servicio de prensa del palacio del Elíseo, en Francia.
“Nunca vi una cosa parecida en Europa. Y después Trump y sus amigos nos acusan, a nosotros, los europeos, de amordazar la libertad de expresión”, se escandalizó una periodista, Jacqueline Mamet, durante muchos años miembro de la Comisión del Carnet de Identidad de Periodistas Profesionales de Francia, organismo responsable de otorgar el carnet de periodista profesional y conformado únicamente por representantes de la profesión.
Ese documento, obtenido en cada país europeo a través de organismos diversos, es imprescindible para ser acreditado ante los organismos gubernamentales, sin tener que someterse a demasiadas exigencias. En caso contrario, cuando un periodista extranjero requiere una acreditación para cubrir un evento particular en Europa, la oficina de prensa gubernamental exigirá una carta de presentación del medio y, eventualmente —sobre todo para las cumbres— los servicios de seguridad procederán a un estudio de antecedentes del solicitante antes de autorizar la acreditación.
Mientras el Gobierno de Javier Milei ahora estableció requisitos para darle acceso a los periodistas a la Casa Rosada -como su trayectoria y el alcance de su medio-, reglas sobre cómo moverse y vestirse dentro de la sede de gobierno e incluso un sistema de sanciones, así funcionan otros sistemas de acreditación alrededor del mundo.
Francia: un carnet para periodistasEn Francia, el trámite para obtener cada año el carnet de prensa profesional en la Comisión requiere algunas exigencias. En particular, presentar una declaración jurada certificando que el 80% de los ingresos obtenidos durante el año provienen exclusivamente del periodismo, mientras el 20% restante puede serlo “exclusivamente” de la enseñanza, el trabajo humanitario o la publicación de libros. Esto porque, contrariamente a lo que sucede en muchos países de América Latina, comunicación y periodismo son considerados en Europa “actividades opuestas”. La primera, asimilada a la publicidad, pone en tela juicio la objetividad de quien la ejerce, ya que su fin es “vender” una idea o un producto.
Si se es empleado de un medio, el mismo deberá presentar además un certificado ante la Comisión. Para los que trabajan freelance, será responsabilidad del mismo periodista hacer el trámite ante el organismo a fin de conservar su carnet, renovable cada año. Pasados 20 años de profesión ininterrumpida, los periodistas franceses obtienen un carnet permanente.
Para acreditarse ante un organismo de gobierno en Francia, solo basta presentar ese carnet profesional. Si se trata de una misión ante otro país europeo, también será necesario ese documento y -eventualmente, pero no siempre- una carta del medio solicitando la acreditación para el enviado especial, siempre respetando los plazos establecidos.
España: acreditaciones diariasEl presidente Pedro Sánchez modificó el trámite de las acreditaciones para la prensa española al Palacio de Moncloa en tiempos de Covid-19: ya no serían permanentes, porque los acreditados en ese momento superaban la capacidad máxima de personas permitidas en una sala cerrada. Desde ese momento el gobierno socialista estableció un régimen de acreditaciones diarias. La pandemia pasó, pero modelo continúa vigente. Cualquier periodista debe enviar un correo electrónico el día de la conferencia de prensa y casi automáticamente es acreditado, informaron periodistas locales a LA NACION.
“Nunca se ha planteado un código de conducta, un tipo de vestimenta y nunca se le ha negado la posibilidad de acreditarse a un colega por haber hecho una pregunta incómoda o por pertenecer a un medio crítico con el gobierno”, dijo un periodista que lleva décadas acreditado en Moncloa. Los cuestionamientos de un sector de la prensa apuntan a que es el propio gobierno el que elige qué periodistas pueden preguntar y que, además, limita la cantidad de las preguntas por conferencia de prensa.
Italia y el Vaticano: vestimenta y embargosNi en Italia ni en el Vaticano existen sistemas de puntaje; tampoco los medios deben declarar sus métricas de audiencia para que un periodista pueda ser acreditado para ingresar al Palazzo Chigi, sede de la jefatura de gobierno de Italia, o a la Sala Stampa de la Santa Sede.
Para obtener una acreditación para ingresar a la Sala de Prensa de Palazzo Chigi, tal como señala su web, el director del medio debe enviar una carta con papel membreteado haciendo el pedido correspondiente. Los periodistas ya inscriptos a la Asociación de Prensa Parlamentaria, de la Asociación de Fotógrafos Parlamentarios y de la Asociación de Periodistas-Videomaker podrán ingresar siempre con una tarjeta permanente.
Para garantizar suficiente espacio, podrá limitarse el número máximo de personas permitidas en los ámbitos de la Sala de Prensa. A todos los periodistas se le requiere “vestimenta adecuada a la institución”. Durante las conferencias de prensa los teléfonos deberán estar silenciados.
Para obtener una acreditación temporaria en el Vaticano, el director del medio también debe enviar una carta con la solicitud de acreditación correspondiente -junto a una foto y un documento-, en la que debe estar especificado que el periodista y el medio se compromete a respetar las normas éticas del periodismo, en especial, el embargo de documentos.
En el caso de los periodistas freelance, además de adjuntar foto y documento en su pedido vía e-mail, deberán presentar una carta de presentación del Ministerio de Relaciones Exteriores o de la representación diplomática del país en el que reside.
Estados Unidos: el modelo TrumpEn Estados Unidos, la Oficina de Prensa de la Casa Blanca es la encargada de expedir pases permanentes a los periodistas que cubren regularmente las actividades. Estos pases permiten el acceso a la Casa Blanca sin tener que solicitar un permiso temporal cada día.
Para obtener un pase permanente (“hard pass”), los periodistas deben presentar una solicitud a la Oficina de Prensa y someterse a una investigación de antecedentes por parte del Servicio Secreto, que protege al presidente y es responsable de la seguridad en la Casa Blanca. Este proceso puede durar varios meses.
El pase permanente no es necesario para cubrir eventos o conferencias de prensa, pero dado que permite a los periodistas entrar en el complejo sin permiso previo, es una comodidad importante para quienes cubren regularmente la Casa Blanca.
Cuando el nuevo gobierno de Donald Trump intentó revocar el pase permanente de un periodista de la agencia norteamericana Associated Press, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca reclamó directamente ante el gobierno y ante un tribunal federal, donde un juez finalmente consideró que la revocación era improcedente y restableció el permiso.
Durante la segunda gestión de Trump se produjeron varias modificaciones en relación al trabajo de la prensa. Por ejemplo, a las 24 horas de que la Casa Blanca anunciara en enero pasado que abriría las conferencias de prensa a creadores de contenidos, influencers y podcasters, más de 7400 personas solicitaron credenciales de prensa. La Casa Blanca dijo que la medida aumentaría el número de “voces de los nuevos medios” con acceso a las conferencias de prensa como una forma de llegar a los jóvenes y otros grupos demográficos que consumen medios de noticias de fuentes no tradicionales como los diarios y la televisión.
Durante las conferencias de prensa, el secretario de Prensa -actualmente es Karoline Leavitt- es quien elige a qué periodistas les da la palabra. Por tradición, la primera pregunta es para Associated Press. Los corresponsales de las cadenas de televisión y de otros grandes medios de comunicación, que tienen asignados asientos en la parte delantera de la sala, suelen ser llamados con más frecuencia. Pero el funcionario es libre de darle el turno a cualquiera, incluidos los periodistas que se encuentran en los pasillos o que acuden sólo ocasionalmente.
La junta de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca lleva asignando asientos desde la administración de Ronald Reagan, cuando los asientos fijos del auditorio sustituyeron a los sofás y al mobiliario móvil de los salones. Actualmente hay 49 asientos.
Otra medida polémica que tomó este gobierno republicano fue sobre el llamado “pool” de periodistas acreditados. La Casa Blanca anunció a mediados de abril que limitaba el tradicional acceso de los servicios de noticias, lo que redujo significativamente el nivel tradicional de acceso de los periodistas de AP, Reuters y Bloomberg News al “pool”, que cubre al presidente en zonas como el Salón Oval y a bordo del Air Force One, donde el espacio es limitado.
Brasil: intimidación durante la era BolsonaroEn el Palacio del Planalto, los periodistas acreditados deben seguir una serie de normas de conducta y vestimenta que garantizan la seguridad institucional y el decoro exigido por la presidencia de Brasil. La entrada sólo es permitida a personas con vestimenta formal, traje o blazer, en el caso de los hombres y blusa con pollera o pantalón largo para las mujeres. Está terminantemente prohibido el uso de gorras, sombreros o accesorios similares que dificulten la identificación del profesional.
Durante el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019–2022), el ejercicio del periodismo en el Planalto se volvió considerablemente más difícil. Las restricciones se intensificaron: se limitó el acceso de periodistas durante ceremonias oficiales a “corralitos” lejos de los protagonistas y se restringieron los desplazamientos dentro del edificio. Además, los profesionales de prensa, al momento de identificarse, solían ser acompañados por agentes de seguridad cuando caminaban por los pisos donde trabajaban ministros y el gabinete presidencial, incluso hasta los baños, con el fin de vigilar su permanencia en áreas consideradas sensibles. Estas prácticas, junto con una postura abiertamente hostil del entonces presidente hacia la prensa, generaron un ambiente de intimidación dentro de la sede de la presidencia.
Uruguay: un trámite sencilloLa inscripción para periodistas en Casa de Gobierno y en el Palacio Legislativo es simple y no hay códigos de vestimenta, ni de comportamiento establecidos. Para la acreditación se solicita una carta del medio de comunicación en el que trabaja el periodista, una copia de su documento y una foto carnet. El trámite se hace por la web.
Con informes de Elisabetta Piqué (Italia), Iván Ruiz (España), Guillermo Idiart (EE.UU.), Marcelo Silva de Sousa (Brasil) y Nelson Fernández (Uruguay)