Mariano Navone y el orgullo por debutar en la Copa Davis, el torneo al que iba como hincha: “Le entregué mi vida al tenis y no me arrepiento”

El deporte siempre fue una porción fundamental para la familia Navone, en Nueve de Julio (provincia de Buenos Aires). Cuando Luis, el papá de Mariano Navone, se mudó en los ‘80 a La Plata para estudiar ingeniería electrónica, compitió al hockey sobre patines. Analía Vizzón, la mamá del actual 49° del ranking mundial de tenis (también de Lucía y Pilar), contadora de profesión, hizo cestoball, básquetbol y tenis; hasta coleccionaba fotos de Guillermo Vilas. El Club Atlético 9 de Julio fue un segundo hogar para la familia y, el arte de las raquetas, la actividad que los marcó a fuego, que los apasionó. La Copa Davis, en ese contexto, fue una competencia que los encandiló desde temprano.

Copa Davis: Tomás Etcheverry y un exnúmero 1 junior abrirán la serie entre la Argentina y Noruega

De hecho, también en los ‘80, mientras estudiaba en la Ciudad de Buenos Aires (en la UBA), Analía asistió algunas veces al Buenos Aires Lawn Tennis Club para ver series de Copa Davis. Recuerda, especialmente, una ocasión: en julio de 1986, por la zona americana, cuando la Argentina le ganó 3-2 a Perú. Aquel equipo, capitaneado por Tito Vázquez, tenía a Martín Jaite, Horacio De la Peña (hoy, coach de Tomás Martín Etcheverry), Eduardo Bengoechea y Christian Miniussi. “Soy como el Canal Volver”, sonríe hoy Analía, recapitulando con LA NACION.

Con el tiempo, ya con los tres hijos en la casa, ir a Buenos Aires para ver la Copa Davis “se convirtió en un súper plan familiar y suspendíamos cualquier cosa para ir ese fin de semana para allá”, apunta. El destino -en realidad, la búsqueda del sueño- hoy ubica a Mariano (23 años) como uno de los protagonistas del equipo nacional que este jueves (desde las 14) y viernes (a partir de las 12) se medirá con Noruega en Fjellhamar, a pocos minutos de Oslo, por la primera ronda de los Qualifiers. Hoy, tras la apertura del cruce con Tommy Etcheverry vs. Nicolai Budkov Kjaer, Navone se presentará ante el mejor rankeado de la serie, Casper Ruud (5°).

“Mariano era fanático de Nalbandian y quería un modelo especial de su remera. Pero como la de color celeste se había agotado y la quería a toda costa, se compró la misma, pero de otro color. El tema es que sólo quedaban talles de adulto. ¡Se la compró igual! Tenía como 20 años y todavía le quedaba bien -se divierte Analía al recordarlo-. Las mamás de los otros juniors me cargaban. Encima, Mariano tardó bastante en estirarse y crecer”. La serie que los Navone más recuerdan es la de abril de 2012, por los cuartos de final del Grupo Mundial: la Argentina, con Nalbandian y Juan Martín del Potro en el equipo, venció 4-1 a Croacia.

“La Davis fue una de las primeras cosas que vi de chico por la tele. Aquella serie contra Croacia en el Parque Roca fue increíble, con dos o tres partidazos definidos en el quinto set. El tenis que jugaron esa semana fue impresionante. Además, vi a uno de mis ídolos, que era Nalbandian. También jugó Schwank, que ahora está de subcapitán con Javier (Frana); ganaron un dobles terrible a Cilic y Karlovic. Me acuerdo mucho de la cancha, de las canciones, del clima copero que había…”, le cuenta hoy Navone a LA NACION.

La primera convocatoria como jugador de Copa Davis es, de cierta manera, un eslabón más de una cadena de logros constantes. En 2023 ganó cinco torneos del Challenger Tour, la segunda división profesional. Y el año pasado, en su primera temporada ATP, alcanzó dos finales (en Río de Janeiro y Bucarest), se convirtió en el primer debutante en un Grand Slam en ser preclasificado (en Roland Garros) y en junio fue 29°, su ranking más destacado.

Navone ya tuvo una experiencia en la Copa Davis como sparring del equipo, en 2022, ante la República Checa, en Buenos Aires. “Fue cuando todavía te tenías que meter en la burbuja con el equipo, después de la pandemia. Me metí en la concentración desde el domingo, acompañando a los jugadores, haciendo la vida del equipo”, rememora. Ahora, en Noruega, su responsabilidad será otra: “La convocatoria me llegó mientras estaba en Brisbane, en los primeros días de enero. Sentía que podía recibir el llamado, pero en el momento que pasó dije: ‘Qué felicidad’. Javi (Frana) me dijo que me quería llamar y estábamos entrenando en Brisbane un día a la mañana, muy temprano. Justo se largó a llover, agarré el teléfono, me entró un mensaje y hablamos. Fue especial”.

La citación tuvo un condimento extra: también fue convocado por primera vez Facundo Díaz Acosta, con que tiene una muy buena relación desde chico. “Nos conocemos desde chiquitos, jugamos los G3 y los G2 juntos, jugábamos dobles y fuimos campeones de dobles juntos en Nueve de Julio, donde nací. Siempre me alegré mucho de los logros de él, como cuando ganó el ATP de Buenos Aires, y viceversa. Es un pibazo”, celebra el jugador entrenado por Andrés Dellatorre. Y amplía: “Este es un pasito más de esos que vas dando, barreras que vas rompiendo. Es un escalón más en esa escalera que tiene el tenis, que es larguísima y no termina nunca. Sabía que podía llegar o no, porque hay un abanico de jugadores top muy cercanos en el ranking. Que uno esté 50, el otro 45… hace que todo esté muy apretado y todos los chicos hicieron méritos para estar”.

Desarrollado sobre polvo de ladrillo, Navone dice que en los últimos tiempos se “encariñó” con la superficie dura, aunque le haya quedado clavada una espina por no haber podido cerrar el partido con el británico Jack Draper en la primera ronda del último Australian Open (perdió en cinco sets). Y, puntualmente, agrega que le agrada jugar bajo techo. “Ya estoy teniendo cosas en el juego que me permiten pensar que puedo competir contra los mejores en cancha rápida también. ¿Qué espero de la serie? Va a ser apretadita. El año pasado Ruud jugó en indoor con Portugal y no le fue tan bien, pero tiene mucha categoría. Al chico (Budkov Kjaer) lo vi algunos partidos y es interesantes. Y a (Viktor) Durasovic lo vi en los Challengers: es peligroso en indoor, tiene tiros peligrosos”.

Vaya guiño del destino, aquel chico que se quedaba dormido en el piso de su casa frente a la TV, junto a una raqueta y con un partido de fondo, y que a los 12 años se quedó sin gente de su nivel para entrenar en Nueve de Julio y empezó a viajar, hoy debutará en la Copa Davis: “No pasa de la noche a la mañana: es parte de un recorrido muy largo. Dejé muchísimas cosas de lado, buenas y malas, pero no me arrepiento. Le entregué mi vida al tenis, elegí ser tenista. Para toda mi familia es hermoso: de salir de la nada y quedarme dormido mirando tenis a pertenecer a este grupo selecto del país… es increíble”.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/tenis/mariano-navone-y-el-orgullo-por-debutar-en-la-copa-davis-el-torneo-al-que-iba-como-hincha-le-nid30012025/

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