Sarah Myers nació y se crio entre Vermont y Nueva York, pero hace algunos años decidió dejar atrás el ritmo frenético de la ciudad para establecerse en una zona rural del medio oeste de Estados Unidos. Hoy, a sus 33 años, y tras un largo camino de formación y trabajos temporales, se desempeña como supervisora forestal en Dakota del Sur y gana US$92.100 al año.
De Nueva York a Dakota del SurLa transición fue tan personal como profesional. Su vínculo con la naturaleza viene desde su infancia, cuando solía acampar, hacer senderismo y canotaje en los bosques de Adirondacks junto a su familia. Por este motivo, eligió estudiar gestión de recursos naturales en la Universidad de Cornell y también hizo una maestría en sistemas de información geográfica en Penn State, según CNBC.
Antes de su puesto como supervisora tuvo que pasar por varios trabajos temporalesAntes de conseguir un cargo permanente como supervisora forestal, pasó varios años trabajando en puestos estacionales con contratos de entre cuatro y seis meses. Entre el 2013 y 2017 ocupó cinco cargos en distintas zonas del país que abarcan desde el noreste hasta Alaska. Durante ese período, ganaba alrededor de US$15 por hora haciendo mediciones de especies forestales, estimaciones de la edad de los árboles y otros tipos de tareas técnicas.
“Vivís con las valijas y lo que entra en el auto”, contó Myers. Su primer empleo permanente llegó recién en el año 2018, en Colorado, y en 2022 accedió a su cargo actual. Hoy en día, su trabajo abarca la planificación de reforestaciones, ventas de madera y el control de incendios forestales durante las temporadas de riesgo.
“El trabajo perfecto apareció y aprovechó un poco de toda mi experiencia y trayectoria”, detalló. Sus ingresos están compuestos por un salario base de US$77.390 a lo que hay que sumarle US$14.710 extras por las horas adicionales que trabajo la supervisora durante los incendios. Esto da un total de US$92.100.
Cómo es su vida en Dakota del SurMyers vive en Hot Springs, una pequeña ciudad ubicada en Dakota del Sur, junto a su pareja, quien también trabaja para el gobierno federal. En el año 2022, compraron una casa de tres habitaciones por US$300 mil y ella cubrió el anticipo de US$65 mil con sus ahorros y una herencia familiar. Ambos aportan a una cuenta conjunta para los gastos compartidos y manejan un estilo de vida ordenado. “No somos quisquillosos ni contamos centavos”, reveló.
Los gastos mensuales de Myers y su pareja incluyen alimentos, vivienda, entretenimiento, servicios, seguros y ahorros. En febrero, la mujer destinó US$1.360 para comprar comida, US$1.200 para los gastos de vivienda y servicios públicos, US$1.052 a inversiones y planes de retiro y US$1.167 para viajes, entretenimiento, comida para las mascotas, entre otras cosas.
La supervisora tiene un fondo de emergencia y una cuenta de ahorro de alto rendimiento que, según explicó, utilizará para comprar su próximo auto. Además, ya acumula más de US$79 mil en su plan de jubilación.
El sueño de retirarse joven y vivir de una granjaPese a que la incertidumbre económica que azota a Estados Unidos les impide proyectar a largo plazo con total seguridad, la pareja tiene claro que quieren retirarse antes de tiempo y vivir una segunda etapa como profesional más vinculada con lo artesanal. “Siempre soñé con volver al noroeste, producir jarabe de arce y tener una pequeña granja”, cerró Myers.