El drama invisible que conmovió a los argentinos y recaudó más de 20 millones de pesos

En general no salen en los medios. Ni sus rostros. Ni sus realidades. Ni sus urgencias. La zona de Santa Victoria Este, en el norte de la provincia de Salta, es de una vulnerabilidad extrema. Las familias de las etnias Wichí, Chorote y Chulupí viven desparramadas en construcciones precarias a la vera del río Pilcomayo o inmersas en el monte. “Si el conjunto de los argentinos supiera que este nivel de necesidad existe en el país, no se podrían ir a dormir tan tranquilos”, decía Nazarena Estrade, directora del Centro de Desarrollo Humano de Pata Pila en Santa Victoria Este en una nota publicada en el diario LA NACION hace unas semanas, que también se replicó en LN+ y en redes sociales.

Y al verlos por primera vez, al hacerse carne la emergencia en la que viven estas familias casi en la frontera con Paraguay y con Bolivia, muchos argentinos se conmovieron y quisieron colaborar. Gracias a eso, se recolectaron más de 20 millones de pesos que van a ser destinados a fortalecer el trabajo que la organización social Pata Pila realiza para combatir la desnutrición infantil. Estos fondos van a ser destinados a los centros de nutrición y primera infancia (donde asisten más de 1.400 niños y niñas) y a la compra de leche e insumos básicos para garantizar la atención semanal y el seguimiento profesional de cada caso.

“Queremos agradecerle a la gente que se moviliza con estas historias, que entra en contacto con una realidad que a veces les queda muy distante. Agradecer también la confianza y la decisión de sumarse a una estrategia de hacer algo por el otro, y que es importante que cada vez seamos más los involucrados en esta realidad”, dice Diego Bustamante, fundador de la ONG.

La realidad a la que se refiere es a la de las comunidades aisladas que se comunican por caminos internos de tierra que se vuelven intransitables cuando llueve. Son comunidades en donde no existe el trabajo formal y las personas cazan liebres, corzuelas o chanchos del monte, recolectan miel y viven de la pesca. En este territorio, las familias comen una sola vez al día, en general un plato fuerte de arroz o fideos para después aguantar con mate cocido. Las viviendas son muy precarias y no tienen luz, agua potable ni baño. Todo este contexto, las pone en riesgo permanente.

A pesar de todos estos obstáculos, a lo largo de sus años de trabajo en distintas provincias del país, Pata Pila logró diagnosticar a 10.500 niños por primera vez en territorio y acompañó a más de 3.120 niños con su Programa de Nutrición. También, 1.108 niños fueron recuperados y dados de alta tras cumplir objetivos nutricionales y de desarrollo.

Además de colaborar, la audiencia también se interesó por el trabajo de esta ONG generando picos de seguidores nuevos y visitas en sus páginas de Facebook e Instagram. Algunos fueron más lejos y casi 100 personas se sumaron como padrinos mensuales. “Con todo este aporte se puede profundizar muchísimo el trabajo que hacemos y los recursos que se bajan al territorio”, agrega Bustamante.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/comunidad/hambre-de-futuro/el-drama-invisible-que-conmovio-a-los-argentinos-y-recaudo-mas-de-20-millones-de-pesos-nid28082025/

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