Hay algo profundamente reconfortante en hacer una sopa caliente cuando el frío se instala. No importa si llueve, si hay viento o si simplemente es necesaria una pausa en la rutina, una sopa casera es como un abrazo en forma de alimento.
A continuación, una guía paso a paso para saber cómo hacer una sopa casera para los días fríos, sabrosa, nutritiva y sencilla, perfecta para esos días donde lo único que se quiere es entrar en calor.
Cómo hacer una sopa casera para los días fríos El alma de la sopa: el caldoTodo empieza con un buen caldo.
Este es el corazón de cualquier sopa, y si bien se pueden usar caldos comprados (en cubitos o en polvo), el sabor de un caldo casero es incomparable.
La buena noticia es que hacerlo es muy fácil:
Caldo de verdura: colocar en una olla grande agua con cebolla, zanahoria, apio, puerro, ajo, un poco de perejil y alguna hoja de laurel. Se puede incorporar también un tomate o un pedazo de calabaza para darle más sabor. Dejar hervir por al menos 45 minutos y colarlo.Caldo de pollo: agregar a la olla un trozo de pollo con hueso (puede ser una carcasa o un muslo), junto con las verduras anteriores. Hervir durante una hora o más, espumando la superficie si es necesario.Puede hacerse una buena cantidad de caldo y guardarlo en porciones en el freezer. De esta manera siempre está listo el punto de partida para una sopa improvisada.
Elegir los vegetalesUna de las grandes ventajas de la sopa es que acepta casi todo.
Es una excelente manera de aprovechar esas verduras que quedaron dando vueltas en la heladera.
Algunas opciones imperdibles:
Zanahoria y papa: le dan cuerpo y dulzor.Zapallo o calabaza: aportan cremosidad y un sabor suave.Choclo: ideal para un toque más dulce.Espinaca o acelga: se agregan al final y dan un plus de frescura y nutrientes.Arvejas, porotos o lentejas: hacen la sopa más completa y contundente.Luego, cortar los vegetales en cubos parejos para que se cocinen al mismo tiempo y la clave está en la cocción lenta para dejar que los sabores se mezclen y se potencien.
Un toque de proteínaSi se quiere que la sopa sea más completa, se puede agregar alguna fuente de proteína.
Entre las opciones más comunes están:
Pollo desmenuzadoCarne picada (tipo albóndigas pequeñas)Tofu (para una versión vegetariana)Lentejas, garbanzos o porotosEstos ingredientes no solo aportan sabor, sino que transforman la sopa en un plato principal, ideal para el almuerzo o la cena.
Fideos, arroz o cerealesSi se desean sopas con más consistencia, se pueden sumar fideos (tipo moñito, munición o cabello de ángel), arroz, quínoa o incluso cuscús. Solo tener en cuenta los tiempos de cocción para que no se pasen. Lo mejor es agregarlos cuando faltan unos 10-12 minutos para terminar la cocción.
Si la sopa va a ser guardada para el día siguiente, cocinar los fideos o el arroz por separado y agregarlos al momento de servir. Así se evita que se pasen y queden muy blandos.
Condimentos y toques finalesEl sabor final de la sopa depende mucho de cómo se condimente. Aunque sal y pimienta son básicas, también se puede jugar con otras especias e ingredientes como:
CominoPimentón dulce o ahumadoCúrcuma (además de sabor, aporta color)Romero, tomillo o laurelUn chorrito de aceite de oliva crudo antes de servirQueso rallado o croutons caseros como toppingLa sopa es mucho más que un plato, es una forma de cuidar, de nutrir y de reconectarse con lo simple. En días fríos, una sopa casera no solo alimenta el cuerpo, sino también el ánimo. Y lo mejor de todo, es posible hacerla con lo que se tiene a mano, sin complicarse.