La Casa Rosada, como en Titanic: una crisis inesperada para los Milei que dejó pequeños a los problemas de siempre

Miércoles, 17.10. Chan chan chan, chan charan, chan charan… La “Marcha Imperial”, el tema de Darth Vader en El Imperio Contraataca, se escucha en todos los rincones de la Casa Rosada. Javier Milei y su hermana Karina observan a la Orquesta Filarmónica del Ejército y a la Fanfarria Militar Alto Perú ejecutar la banda sonora de Star Wars en uno de los salones comunes de la sede gubernamental. Están con Virginia Gallardo, flamante candidata y una de las caras famosas de la campaña de La Libertad Avanza (LLA). Suenan marchas militares alternadas con canciones de Rocky y Piratas del Caribe. La virtuosidad de los músicos y la calidad del sonido es inmejorable. Pero a un funcionario le hace acordar a otra película, Titanic. “Viste al final, cuando el barco se está hundiendo y los violinistas siguen tocando…”, comenta. Esa tarde, el Gobierno había tenido una dura derrota en el Congreso. Y perdía el control sobre el escándalo de los audios atribuidos a Diego Spagnuolo que dieron origen al caso de las supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).

El Gobierno inició la semana con el ánimo alicaído. La Casa Rosada preveía una seguidilla de reveses legislativos y la vara estaba baja: con suerte se lograría salvar el veto a la ley de jubilaciones. Los miembros de la “mesa política” de Milei estaban resignados y no lograban trabajar en equipo. Otra vez por la interna endémica. En el horizonte asomaban nubarrones: triunfos de la oposición en el Congreso, una posible derrota electoral en los comicios bonaerenses del 7 de septiembre, un escenario de volatilidad financiera y un eventual impacto en los mercados. La esperanza estaba puesta en que las elecciones nacionales de octubre fueran, al final del camino, un arcoiris para relanzar la segunda mitad del mandato.

Pero todos los pronósticos se vieron alterados con el escándalo en Discapacidad. Un evento inesperado de consecuencias desconocidas, porque en los audios de Spagnuolo que ahora se investigan en Comodoro Py -grabaciones clandestinas y editadas de conversaciones privadas obtenidas de manera ilegal- se describe una trama de presuntos sobornos con la Droguería Suizo que salpica a Javier Milei, a Karina y a su mano derecha, Eduardo “Lule” Menem.

El Gobierno pasó del mal humor a la crisis. “Es más grave que Libra, porque ahí había una cripto difícil de explicar, lejana a la gente. Esto es fácil de entender: hay sospechas de sobornos con fondos públicos para los discapacitados. Y estamos en campaña, ya se subió Cristina”, se lamentó ayer un importante colaborador oficial mientras seguía los allanamientos judiciales por televisión.

Miércoles negro

La Casa Rosada venía haciendo esfuerzos por manejar la narrativa en el caso del fentanilo contaminado. Quería evitar que los reflectores se posaran sobre el Ministerio de Salud, que supervisa a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), el instituto que vigila la producción de fármacos y que debió auditar al laboratorio HLB Pharma, de Ariel García Furfaro. Pero con el escándalo de la Andis, el Gobierno perdió el control.

Durante todo el miércoles, distintos colaboradores oficiales hicieron intentos para que Spagnuolo explicara el origen de los audios y quién era su interlocutor en esa presunta conversación privada y grabada a escondidas. Entrada la tarde, los laderos de Milei le reclamaron que presentara su renuncia. No lo lograron. “Nunca dio la cara”, dijo a LA NACION un alto funcionario. Después, ya nadie quiso chatear con Spagnuolo: cualquier mensaje podía ser visto como un intento de encubrimiento de parte del Gobierno. Después de una minicumbre nocturna en la Casa Rosada entre Karina Milei, Santiago Caputo y Guillermo Francos, este último dio la orden de echar al titular de la Andis y a su segundo, mencionado en los audios como el presunto operador de las coimas, Daniel María Garbellini.

“Hace rato que le pedíamos los resultados de las auditorías sobre las pensiones de invalidez, que estaban demoradan. Había que dar de baja las pensiones irregulares y reasignar esos recursos”, contó un importante miembro del staff oficial. Si Spagnuolo era un funcionario que no funcionaba ¿Por qué el Gobierno lo sostuvo tanto tiempo, con el sector de la discapacidad y los prestadores del sistema ahogados? La semana pasada, el extitular de la Andis estuvo dos veces en Balcarce 50. Algunos señalan que fue para pedir fondos. Otros que pretendía una candidatura.

“Karina hace rato que no lo quería pero él hacía gala de su relación con Javier”, fue una explicación que circuló en Balcarce 50. Spagnuolo está entre las personas con más ingresos acreditados en la quinta de Olivos. Estuvo más veces, por ejemplo, que el propio Francos. Era habitué en los domingos de ópera que organiza Milei para cerrar la semana. Trascendió que el jefe de Estado ahora lo habría bloqueado en WhatsApp, en un típico gesto del “corto mano, corto fierro” presidencial.

La Andis, en tanto, venía en la mira desde hace tiempo. Ya había existido una denuncia en Comodoro Py de agosto de 2024 por una contratación de la agencia en donde la Droguería Suizo Argentina había sido una de las adjudicatarias. Aquel caso fue archivado. También habían existido ruidos cuando renunció, en noviembre, Natalia Basil, designada seis meses antes como directora de Asignaciones Económicas del Andis. Basil es la esposa de Fernando Cerimedo, el consultor que trabaja con candidatos de derecha en la región y que fue clave en la campaña de Milei en 2023. Ella se fue dando un portazo por cortocircuitos en torno a una contratación de servicios postales para notificar las bajas de las pensiones por invalidez.

El Gobierno no solo tiene un eslabón suelto con Spagnuolo sino que también está a ciegas con la causa judicial. Los audios se filtraron en el canal de streaming Carnaval el martes. El miércoles Gregorio Dalbón, cercano al kirchnerismo, hizo la denuncia. El expediente recayó en Sebastián Casanello, que delegó la pesquisa en Franco Picardi. En menos de 48 horas, el fiscal consideró que el material revestía la gravedad suficiente como para ordenar una batería de allanamientos y secuestrar los celulares de los principales implicados. Para los operativos, Picardi no acudió a las fuerzas de seguridad federales: operó con la Policía de la Ciudad. Evitó solicitar auxilio al Poder Ejecutivo nacional.

Allanamientos por TV

En la Casa Rosada los laderos de Milei siguen impávidos los avances de la Justicia por los medios. Una sola cosa los tranquiliza: creen que el fiscal no hará una sobreactuación política. Es decir, que no se apresurará para tomar medidas sobre los Milei o sobre la cúpula del Gobierno antes de acumular pruebas. Por ahora Picardi se concentró en los involucrados directos: los titulares de la droguería y los dos funcionarios echados, Spagnuolo y Garbellini. A este último,lo encontraron anoche en Lanús. Tiene un largo historial en cargos en las gestiones macristas, pero en los audios bajo investigación se mencionan sus vínculos con la “Suizo” y se sindica a “Lule” como su jefe político.

En el entorno de los Menem no responden por esas versiones. Al armador político lo vieron poco esta semana en la Casa Rosada. Un fuerte contraste con los días previos al cierre de listas, cuando el despacho de “Lule” era una romería por la que desfilaban dirigentes, legisladores y funcionarios de todo el país para cerrar acuerdos electorales y pedir un lugar en las nóminas libertarios.

El affaire en la Andis obligó a una tregua -que muchos estiman efímera- entre el ala de los Menem y la de Santiago Caputo. The West Wing versus the East Wing. Nada se zurció entre los bandos y no hay reconciliación posible, pero si al inicio de la semana se habían reavivado los recelos y las desconfianzas mutuas, la nueva investigación judicial se ubicó por encima de cualquier trifulca doméstica.

Nada que festejar: fue un problema tapando a otro. La reunión de “mesa política” que se suele hacer los martes, esta semana se adelantó al lunes y fue corta. Francos, Karina, los Menem y Caputo no salieron de allí con una estrategia parlamentaria clara y articulada. “No puedo creer que vamos a perder el veto porque se nos escurren los nuestros”, se agarró la cabeza un funcionario el miércoles al mediodía, cuando se votó la ley de Discapacidad y los diputados Marcela Pagano y Carlos D’Alessandro (LLA) dieron quorum; los libertarios Florencia Klipauka (Misiones) y Alberto Arancibia (San Juan) se ausentaron; y Oscar Zago y Eduardo Falcone (aliados del MID) votaron contra el Poder Ejecutivo.

¿Qué favor se le podía pedir a los aliados en ese contexto? Pagano y Zago hacían campaña acompañando a los Milei por el país en 2023. Eran del riñón. Pero las peleas con los Menem y las heridas por los cierres de listas terminaron desgajando a la bancada violeta, algo infrecuente en los oficialismos.

En el caso de Discapacidad, el titular de la Cámara, Martín Menem, venía pidiendo medidas desde el Poder Ejecutivo para atender la crisis del sector y tener una herramienta de negociación con los diputados dialoguistas. Pero el gesto nunca llegó. “La interna nuestra nos está complicando mucho. Y los bloques de LLA son un rejunte insólito”, se lamentó un ministro.

Para la votación de jubilaciones -la ley vetada por Milei con mayor impacto fiscal- todas las terminales políticas hicieron gestiones aisladas que dieron mejor resultado. En el Gobierno dicen que fue clave el “factor Santa Fe” y el ordenamiento que hizo el gobernador Maximiliano Pullaro sobre los diputados de su distrito. También señalan al gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal y a “Carlos V de Misiones” (en alusión a Carlos Rovira), que colaboró con cuatro abstenciones. Hubo incluso tres ausencias de Unión por la Patria.

“Perdimos discapacidad pero ganamos jubilaciones. Se venían más palizas pero se levantó la sesión. No se valoró lo que se evitó”, señalaron cerca de los Menem.

Ahora, con la causa de la Andis, los traspiés legislativos parecen menores. En la Casa Rosada aún no saben qué impacto tendrá el caso en la opinión pública y en la definición electoral. Pero hay algo que comienza a ser de sentido común en todas las terminales del oficialismo: que a fin de año Milei deberá reformular y relanzar su gestión.

De mínima, deberá hacer cambios en los ministerios que queden vacantes, como Seguridad, Defensa y -eventualmente- Justicia. Pero también podría corregir muchos cargos del organigrama. Hoy, la interna carcome al Gobierno y Milei no intercede. “Tiene que estar Javier con un manejo político más activo, tiene que ordenar”, opinó una figura importante del staff oficial. Es un reclamo más profundo, de diseño político. Primero, habrá que sortear el iceberg que asomó con Discapacidad.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/la-casa-rosada-como-en-titanic-una-crisis-inesperada-para-los-milei-que-dejo-pequenos-a-los-nid23082025/

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