Escenario internacional complejo, indefiniciones locales y una medida necesaria

No resulta fácil encontrar un momento similar. Hoy por hoy, el productor argentino debe evolucionar y tomar decisiones en un contexto extremadamente complejo. Tanto en el plano internacional como en el local. El jueves 12 el masivo ataque de Israel a Irán y la respuesta de Teherán afectó la evolución de la plaza granaria, generando justificadas dudas sobre los flujos comerciales del petróleo, alterando las cotizaciones de este y generando incertidumbre también sobre los precios de los fertilizantes. Incluso planteando dudas sobre decisiones que muchos países puedan tomar pensando en la seguridad alimentaria.

Contraste: bajaron los precios de los agroquímicos y subieron en fertilizantes

Así, Chicago (plaza de referencia) ha ingresado en un período de marcada volatilidad. Luego sobrevino la sorpresa del viernes 13 en los EE.UU. cuando la EPA (Agencia de Protección Ambiental) sorprendió al proponer un aumento en los volúmenes obligatorios de mezcla de biodiésel en Estados Unidos hasta 2027 (a 5,6 millones de galones ante los 5,25 esperados y los 3,5 millones actuales). La noticia disparó los precios del aceite de soja en Chicago por el biodiésel elaborado a partir de ese insumo. Mientras tanto (previsible), el reporte mensual del USDA del jueves 12 ratificó la caída de la superficie destinada a soja en dicha nación (1,5 millones de hectáreas menos que el año pasado) y la suba en 1,9 millones de hectáreas en maíz, lo que podría (con rindes de tendencia) llevar la cosecha del forrajero a niveles récord. Estas últimas proyecciones cambiarían el tono de “amigable” que ambos productos plantean para la nueva campaña respecto de la actual. Ello, pues en el caso de la soja y de repetirse los rindes de los últimos tres años (menores a los ahora proyectados), los stocks de cierre del ciclo 2025/26 en EE.UU. (verdadero termómetro de los precios) podrían ubicarse en niveles muy ajustados.

Teniendo en cuenta que los “fondos” operan diferenciales, es importante resaltar que hasta hace un par de semanas la soja se ubicaba sólo 2 a 1 respecto al maíz en Chicago cuando el promedio matemático es 2,4 a 1. Están corrigiendo. Por su parte, ya estamos ingresando en los momentos críticos para la evolución de los cultivos en EE.UU. Esto es, floración de los maíces en julio y llenado de grano para la soja en agosto.

En definitiva, son múltiples los factores de mercado a monitorear por parte del productor argentino. A los ya mencionados se le deben sumar las cuestiones domésticas. Para trigo disponible, la demora en manifestarse del “efecto Mercosur” y, por otro lado, noticias alcistas por el trigo en EE. UU y recortes productivos en Rusia (sequía en región clave de Krasnodar) y Francia. Para maíz, las dudas de si la presión alcista del consumo interno se mantendrá ante la llegada del maíz tardío y de la “safrinha” de Brasil.

A todo ello hay que sumarle la evaluación de la política cambiaria interna y la promesa de Derechos de Exportación que volverían a subir para maíz y soja. El productor estaba avisado, es cierto. Pero también es cierto que muchas intenciones de venta se fueron demorando por razones climáticas, por valores que han venido ubicándose por debajo de las correspondientes paridades y por la reticencia a vender por parte de los dueños de los campos. Suspender la vuelta atrás o al menos prorrogarla por un mes pareciera más justo.

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El autor es presidente de Nóvitas SA.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/agricultura/escenario-internacional-complejo-indefiniciones-locales-y-una-medida-necesaria-nid21062025/

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