A mitad de camino entre la pintura y la lámina decorativa, la artista Ximena Padilla creó un exitoso emprendimiento de obras accesibles y a medida

Hace cinco años, Ximena Padilla unió, con Tahzna, dos mundos que la apasionan: el del arte y el de la decoración. El origen de su proyecto coincidió con la pandemia, y el momento en que rehizo su vida junto a Bernardo Ezcurra, reconocido arquitecto y pintor con “una mirada sensible sobre el arte y los espacios”.

Fue con él que encontró inspiración y la posibilidad de crear un proyecto propio. “Mi emprendimiento está en un punto intermedio entre la obra de arte única y la lámina decorativa. Descubrí este nicho y le ofrezco a mis clientes algo que tenga alma, pero que también quede bien en sus casas. Siempre me interesó cómo una imagen puede transformar un espacio”.

Cuadros artesanales

Las obras de Ximena son hechas a mano y a medida de cada cliente. Le cuentan cómo es su casa, qué colores predominan y qué sensaciones buscan transmitir. A partir de eso, arma una propuesta visual que puede contener elementos abstractos, geométricos y a veces más figurativos, según el caso.

Los materiales que predominan son el acrílico sobre bastidor y el papel. En ocasiones, le agrega tintas. “Muchas veces noto que los cuadros disponibles en el mercado son muy impersonales o demasiado costosos. Así, surge la idea de crear cuadros más accesibles, pintados por mí y pensados especialmente para cada cliente y los ambientes de sus hogares”.

“La idea es que cada cuadro tenga algo único, que se note que fue hecho a mano, con intención“.

Ximena Padilla, artista

Al ser a personalizados, cada pieza artística cuenta una historia distinta. Hay quienes la contactan porque se mudaron y quieren comenzar de cero y otros porque necesitan renovar un rincón que ya no los representa.

A veces, toman como punto de partida alguna pieza ya publicada en la cuenta de Instagram de Tahzna y, al adaptarla a los colores, las dimensiones o la atmósfera del espacio, la obra cambia por completo. Es así como ningún cuadro de Ximena se repite, porque cada uno encuentra su forma según quién lo elige.

Una vez, una clienta le encargó una obra muy grande para su casa en Uruguay. Ximena la pintó con mucho amor y se la mandó. Al tiempo, mirando la cuenta de Instagram de una decoradora, vio una foto de su cuadro en un comedor, pero en Argentina.

Llamó a la clienta para confirmar, y efectivamente era su obra. Había cruzado nuevamente el río para formar parte de la casa de su hija, que se había mudado a Buenos Aires a estudiar. “Me conmovió. Mis cuadros no son objetos estáticos: acompañan procesos, mudanzas y etapas. Son parte de la vida de quienes los eligen”.

“Me encanta pensar que mis cuadros tienen vida propia: viajan, se adaptan, encuentran nuevos hogares y nuevos sentidos“.

Ximena Padilla, artista

Libertad de crear

Según Ximena, últimamente los espacios dejaron de regirse por “una única tendencia”. Es por esto, que siente una libertad muy estimulante a la hora de pensar los colores y las composiciones en los diferentes espacios.

En lo que respecta a los ambientes neutros, ocasionalmente sigue la misma línea con los cuadros o elige romper con un estallido de color que aporta energía y contraste. “No hay una fórmula única, y eso me encanta. Cada casa encuentra su propio lenguaje visual”.

El arte abstracto es por el que más se siente atraída a la hora de crear. “Lo siento como un universo que engloba muchísimos estilos y posibilidades. Tiene esa capacidad de sugerir y de evocar, pero sin imponer. Invita a mirar más de una vez y a encontrar nuevos sentidos con el tiempo. Creo que esa cualidad de apertura, de resonancia personal es algo que muchas personas buscan en sus espacios”.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/a-mitad-de-camino-entre-la-pintura-y-la-lamina-decorativa-la-artista-ximena-padilla-creo-un-exitoso-nid20062025/

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