Rosario Central, frustrado por la lesión de Juan Giménez y el empate de Riestra sobre el final

El Gigante de Arroyito se preparaba para una antesala de clásico a pura fiesta, viendo a su Rosario Central ganador por primera vez en casa y alzando la confianza. Frente a Deportivo Riestra terminó siendo todo lo contrario, una tarde-noche gris. Lo abrió rápido por Alejo Véliz, pero padeció su propio funcionamiento (otra vez) y se le escapó el triunfo por el gol de penal de Jonathan Herrera. Y, encima, una de sus joyas se habría lesionado gravemente.

La de este sábado era una oportunidad que no debía pasar de largo para los rosarinos, pero así fue. La llama de la pelea siempre está encendida en el Malevo, pero no deja de ser cierto que su irregularidad se debe, entre otras cosas, a salir de su estadio Guillermo Laza y perder la coraza, mostrándose más endeble en los resultados. Si bien Central no conocía la derrota, sobrevolaba una deuda silenciosa que se prolongó en el momento más inoportuno.

La expectativa popular tras el desempeño en el Apertura se potenció con Ángel Di María, principalmente, y el regreso de Véliz porque –asimismo- engrosaron a la misma estructura que supo ilusionar. Los ojos vidriosos fueron secándose por un arranque agridulce: los dos goles de penal que firmó “Fideo” devolvieron las postales de aquel flaquito que vieron casi dos décadas atrás, pero un único éxito –en Lanús- y ahora cuatro empates (no hizo tantos ante Sarmiento y Atlético Tucumán) trastocaron el éxtasis.

Ariel Holan entendió que debía mover las fichas de su pizarrón para un nuevo funcionamiento que, además, genere en el Gigante una inyección anímica fuerte de cara al clásico con Newell’s del próximo sábado, también en el ambiente auriazul. Acumuló atacantes contra los cinco defensores de Riestra: la aparición del doble ‘9’ con Enzo Copetti y la línea de tres volantes ofensivos de siempre, esta vez, estuvo respaldada por un único volante central, Franco Ibarra.

La consigna dio frutos desde el suspiro tempranero, pero no hubo avances en la conclusión final. Con la determinación del protagonismo, a los ocho minutos ya encontró el desahogo: Ignacio Malcorra lanzó el centro desde la izquierda y Véliz cabeceó a la red: llevaba nueve meses y medio sin convertir (el último en Espanyol fue un triplete por Copa del Rey, el 31 de octubre).

El encuentro se fue emparejando ante la obligación inmediata de la visita, que ya no tuvo tiempo a cerrarse más (y mejor) y empezó a buscar algunos ataques esporádicos que no exigieron a Jorge Broun en la primera mitad, pero que cambiarían el tono en el complemento. El triunfo canalla apenas alcanzaba para levantar a la gente. Sin embargo, el aire empezó a cambiar a los 37.

El entrenador no quiso arriesgar al zaguero Facundo Mallo y el titular fue Juan Giménez, la promesa de 19 años que siempre es parte de las selecciones juveniles. Riestra lo exigió apenas con un par de cruces y uno fue desgraciado. Cerró bárbaro ante el desmarque de Herrera y lo contuvo para que “Fatura” tomara la pelota, pero en la exigencia su pie se clavó en el césped y la rodilla derecha hizo una brava torsión.

Antes de tumbarse ya levantó la mano desesperado y su llanto comenzó a conmover. A Carlos Quintana, su dupla, primero. Sus 37 años le dieron un aspecto paternal al arrodillarse y consolarlo con un abrazo que incluyó cabeza con cabeza, palabras al oído y palmadas en su espalda: “Me di cuenta en el momento, él estaba asustado. Nos puso muy mal. No te digo que podría ser mi hijo, pero ahí. Tiene mucho futuro por delante. Por cómo se sentía, no es nada leve”, declaró tras el cotejo.

Una vez que la camilla se lo llevó al vestuario, el defensor se puso las manos en la cara, afectado notoriamente, algo que Copetti ya había hecho. Es evidente que lo aprecian en el plantel. Luego, se supo que Gonzalo Belloso, presidente del club, estuvo en el vestuario acompañándolo. En su congoja, el chico debe tener el Mundial Sub 20 de Chile que se perdería.

Lo mejor del partido

El objetivo de Rosario Central quedó estancado. No por la lesión, sino por no terminar de ser avasallante. Incluso, sufrió el segundo tiempo: mantiene la intranquilidad del funcionamiento. Véliz fue el único que exigió a Ignacio Arce con una corajeada. Gustavo Benítez fue retocando la formación y complicó a los de Holan. El suspenso fue adueñándose de las tribunas y, cuando parecía que los avances aurinegros quedaban en sustos, apareció el efecto de los cambios (malos en Central y positivos en Riestra).

A los 41, Juan Elordi manoteó a Gabriel Obredor en el área y el penal fue convertido por Herrera sobre la hora. ¿Fue penal? El exlateral izquierdo de Racingi lo manotea a Obredor, que estaba por definir, y el delantero se desplomó... No dio la impresión que la fuerza del contacto haya sido suficiente como para que sea infracción. Otra acción polémica que favorece a Riestra. Falcón Pérez marcó el final y los chiflidos canallas se hicieron sentir. ¿El clásico? A pura duda.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/rosario-central-frustrado-por-la-lesion-de-juan-gimenez-y-el-empate-de-riestra-sobre-el-final-nid16082025/

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