El último Mirage operativo que combatió en la guerra de Malvinas fue trasladado a un Memorial

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Un avión Mirage que participó en 16 intervenciones durante la Guerra de Malvinas fue trasladado ayer desde el Aeródromo Nahuel Huapi de esta ciudad hasta el Memorial Multiespacio de Malvinas, que será inaugurado el próximo 6 de septiembre.

El traslado del Mirage III –el último que queda operativo– se realizó por el ingreso a Bariloche y luego por la Avenida 12 de octubre, ante la vista de locales y turistas. Hubo cortes intermitentes de tránsito entre el Aeroclub y el Puerto San Carlos, frente al Centro Cívico. El avión fue donado por la Fuerza Aérea Argentina y reconstruido en los talleres de Río Cuarto, en Córdoba. En cuatro de las intervenciones que la nave tuvo en Malvinas fue comandado por el piloto barilochense Jorge Luis Huck.

Las autoridades explicaron que el Mirage “se integrará como pieza central de un espacio que honra la memoria de quienes dieron su vida por la patria y reafirma la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes”.

El museo, que se abrirá en poco más de dos semanas, tiene alrededor de 350 metros cuadrados y fue diseñado para difundir los fundamentos jurídicos, geográficos e históricos relacionados con las Islas Malvinas. Según trascendió, el espacio contará además con un sector destinado a exposiciones temporales, seminarios y charlas, al tiempo que el memorial “rendirá homenaje a quienes dieron su vida por nuestra soberanía”. El objetivo es que el nuevo espacio se convierta en un nuevo hito urbano, por su valor histórico y su emplazamiento privilegiado.

El Director de Veteranos de Malvinas de Río Negro, Rubén Pablos, indicó: “El museo no es solo el reflejo de lo que fue la guerra, sino que va a abordar las distintas soberanías mediante varias muestras que vamos a tener de forma periódicas junto al Ministerio de Educación, INVAP, el Instituto Geográfico Nacional y demás, y eso es lo distinto respecto de los otros museos que hay en Argentina”.

Asimismo, según la presentación formal del proyecto, el edificio contará con dependencias administrativas, núcleos de servicios como sanitarios, depósito y office, y espacios polifuncionales pensados como punto de encuentro comunitario. El salón principal estará equipado con paneles móviles para adaptarse a conferencias o actividades artísticas, con capacidad aproximada para 50 personas.

En el exterior, además, se integra una zona de plaza urbana con jardín, fuente de agua y una estructura arquitectónica simbólica con forma de proa, sobre la costa del lago. Allí se instalará el Mirage que acaba de llegar a la ciudad. Desde el municipio local señalaron que propondrán a los veteranos de Malvinas el traspaso de un restaurante contiguo al museo, “para que pueda ser explotado por ellos y genere los recursos económicos necesarios para su sostenimiento”.

La historia del Mirage

La historia de Mirage en la Fuerza Aérea Argentina comenzó a comienzos de 1960, cuando se buscaba adquirir una aeronave interceptora que reemplazara al Gloster Meteor y complementara al F-86 Sabre. Se requería un interceptor supersónico, equipado con radar de búsqueda y tiro, con capacidad de utilizar misiles aire-aire. Pese a que primero se contemplaron otros aviones, se eligió el Mirage III (MIII) debido a la actuación y desempeño que había tenido esa aeronave en manos israelíes durante la “Guerra de los Seis Días”.

El 14 de julio de 1970 se realizó la firma del contrato por la compra de 10 M-III monoplazas y 2 biplazas. El convenio incluía además el adiestramiento de pilotos –los primeros recibieron instrucción en Francia–, técnicos y el sostén logístico para dos años de operación. Así, los Mirage se convirtieron en los primeros aviones de la Fuerza Aérea con capacidad de llevar misiles aire-aire.

Durante el Conflicto del Atlántico Sur, los Mirage MIII-EA completaron 56 salidas de combate, cumpliendo misiones de cobertura, escolta y diversión (distracción y engaño del enemigo).

Como resultado de las primeras acciones se concluyó que los Mirage III tenían cierta debilidad en combate a baja altura y carecían de autonomía suficiente. Por eso fueron destinados a brindar cobertura a las bases continentales. También participaron como escolta de los aviones de transporte C-130 Hércules y de los bombarderos BAC Camberra MK 62 en sus incursiones hacia las Islas Malvinas, y utilizados como señuelos para las Patrullas Aéreas de Combate (PAC) británicas, facilitando la entrada de los cazabombarderos a la zona de la flota real.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/el-ultimo-mirage-operativo-que-combatio-en-la-guerra-de-malvinas-fue-trasladado-a-un-memorial-nid21082025/

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