Fueron amigos durante 60 años y un hallazgo impensado les hizo saber qué los unía realmente

La historia de Alan Robinson y Walter Macfarlane, dos hombres nacidos en Honolulu, Hawái, recorrió los sitios de noticias de todo el mundo. El hilo conductor de la misma es su identidad: ambos no conocían sus orígenes y, como eran amigos, decidieron investigar exhaustivamente hasta llegar a una conclusión que los dejó boquiabiertos.

Robinson y Macfarlane nacieron con apenas 15 meses de diferencia en Hawái. Durante su niñez y adolescencia compartieron el mismo colegio en Honolulu. Las vivencias y experiencias en común fortalecieron la amistad, la cual duró 60 años hasta descubrir que era más que amigos.

Un dato en común los unió desde el principio: Alan vivía con una familia adoptiva (su madre lo dio en adopción apenas nació) y Walter jamás había conocido a su padre. A raíz de esto, brotó la curiosidad por investigar su pasado y quiénes eran sus familias.

Una historia con un giro único

Al compartir toda la infancia y gran parte de su adultez, Alan y Walter, quienes fortalecieron su amistad jugando al fútbol americano, empezaron a cranear la forma para conocer cómo está conformado su árbol genealógico.

Quien dio el primer paso fue Cindy, la hija de Walter, quien le explicó a su padre que, mediante internet, podía obtener alguna respuesta que le allane el camino. Por intermedio de una página especializada, el hombre introdujo los datos de su ADN y, por sorpresa, encontró una persona que tenía un perfil similar, bajo el alias “Robi 737″.

Al instante, y sin dudarlo, Walter recordó que a su amigo Alan lo apodan “Robi”. El número “737″ está asociado a su antigua labor como piloto de Aloha Airlines, la compañía donde trabajó durante gran parte de su vida.

Tras atar cabos, el hombre, fruto de la curiosidad, habló con Alan sobre esta cuestión y él, sin dudarlo, le dijo que era su cuenta. Eso derivó a una serie de estudios complementarios que determinaron que los dos eran hermanos por parte de su madre.

“Fue una experiencia abrumadora, todavía lo es. No sabemos cuánto tiempo nos llevará superar este sentimiento. Es el mejor regalo que podríamos imaginar“, expresaron, ambos, en un testimonio recogido en el sitio ABC.

Al principio, al verter todos los datos en un sitio web, Walter quedó incrédulo ante el resultado que arrojó esta página especializada para dichos trámites de identidad. Una vez que se decidió a hablar con su amigo, ambos empezaron a caer en la cuenta que la procedencia enfilaba hacia el mismo lado.

Tras conocerse esta noticia, Alan Robinson, en diálogo con Ladbible, aclaró que esta noticia es “un bálsamo para una vida repleta de condicionamientos e incertidumbre”, que se fueron allanando con el tiempo.

“Tuve un hermano menor que perdí cuando tenía 19 años, así que nunca tuve sobrinos ni sobrinas. Pensé que nunca conocería a mi madre biológica, que nunca tendría sobrinos ni sobrinas”, expresó, compungido, sobre su historia familiar que lo llevó a pensar durante 60 años que Walter era su amigo, cuando, en realidad, tras una gran batería de estudios, es finalmente su hermano.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/fueron-amigos-durante-60-anos-y-un-hallazgo-impensado-les-hizo-saber-que-los-unia-realmente-nid28012025/

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