Los utensilios de cocina son los elementos del hogar que más uso tienen y, a su vez, que más se desgastan, ya que se utilizan con frecuencia para cocinar; las sartenes no son la excepción. Es muy común que se les pegue la comida, que pierdan el brillo, que se queden sin antiadherente o, incluso, se oxiden si no se secan bien. Lo bueno es que existe un truco para renovarlas sin tener que invertir dinero para comparar una nueva.
El truco consiste en utilizar sal y aceite. Con esta mezcla se eliminan impurezas, óxido, restos de comida o químicos de fábrica, y también se cura o sazona al formarse una capa antiadherente natural, lo que permite prolongar su vida útil.
Los materiales que se necesitan son sal gruesa (puede ser sal marina o de cocina), aceite vegetal (como girasol, oliva, linaza o incluso manteca), papel de cocina o un paño limpio, una hornalla u horno y, de forma opcional, una esponja de acero para cuando está oxidada.
Paso a paso para renovar la sartén vieja: 1. Limpieza inicialSi la sartén es nueva o está usada, pero sucia, hay que lavarla bien con agua caliente y un poco de detergente para eliminar cualquier residuo. Luego hay que secarla completamente al fuego para asegurarse de que no quede agua. Si tiene óxido, se recomienda usar una esponja de acero para eliminarlo.
2. Exfoliar con salPoner un puñado grande de sal gruesa dentro de la sartén y calentarla a fuego medio. Usar papel de cocina o un trapo viejo, frotar la sal por toda la superficie interior durante unos dos a tres minutos para sacar impurezas o restos de metal. Después, hay que tirar la sal.
3. Curar con aceiteCon la sartén aún caliente, echar un poco de aceite vegetal y distribuirlo bien por toda la superficie, incluso en los bordes. Usar papel de cocina para extenderlo en una capa muy fina. Si hay exceso de aceite, retirarlo.
4. Sellar con calorSe puede hacer de dos formas. En la hornalla: calentar la sartén a fuego medio-alto por unos 10 a 15 minutos, hasta que el aceite empiece a humear ligeramente, luego apagar y dejar enfriar. En el horno: poner la sartén boca abajo en el horno a 220 °C durante una hora, con una bandeja o papel aluminio debajo para evitar que el aceite gotee. Apagar el horno y dejar que se enfríe adentro. Si se desea obtener una mejor capa antiadherente, se puede repetir el curado dos o tres veces.
Es importante mencionar que este proceso de renovación con sal y aceite no es recomendable si la sartén ya tiene recubrimiento antiadherente, como teflón, cerámica o similares. En estos casos, calentar la sartén a fuego alto o frotarla con sal gruesa puede dañar el recubrimiento, reducir su vida útil y, en el peor de los casos, volverla tóxica si se deteriora. Las sartenes antiadherentes ya vienen listas para usar desde fábrica, por lo que no necesitan ser curadas.
Por eso, en su lugar, lo ideal es lavarlas a mano con una esponja suave, evitar utensilios de metal, no calentarlas vacías a fuego fuerte y, si se desea, aplicar una pequeña cantidad de aceite al cocinar, pero sin necesidad de hacer un curado como en las sartenes de hierro o acero.