Tras vivir un drama, Fabiana Araujo volvió a apostar al amor y no descarta casarse: “Nos conocimos en un bar”

“Yo no creo en vidas anteriores, pero esto era lo que estaba esperando. Por algo pasan las cosas”, asegura Fabiana Araujo a con LA NACION en la que habla de su nueva pareja, el empresario Marcelo Dimini.

La exmodelo de alta costura volvió a apostar al amor a tres años de haberse separado de su último exmarido, a quien denunció por violencia psicológica y verbal. La conductora aclara que hay una medida cautelar, que elegirá hablar de su maravilloso presente y evitar hacer mención al calvario que vivió por ese entonces, y por el que aún mantiene un botón antipánico.

Sobre su actual pareja, cuenta que “no es del medio”, motivo por el que elige cuidar su relación y no exponerla demasiado. “Porque nosotros estamos acostumbrados, y más yo que trabajo de esto, pero de pronto hay gente que no”, explica sobre el hombre que tiene una empresa de impresiones.

-¿Cómo lo conociste?

-Nos conocimos en un bar en la esquina de mi casa, en el Bajo Belgrano. Es un bar que es como el patio de mi casa. Voy todo el tiempo. Fue en el verano, un día que volvía del canal y me senté ahí a comer una burrata. Él, que se había pedido lo mismo, pasó por al lado y me dijo “la mejor burrata del condado”. Charla va, charla viene. Y ahí quedó.

-¿Era la primera vez que lo veías en ese bar?

-Sí, pensé que era del barrio, pero nunca lo había visto. Después me enteré de que es de zona norte y que estaba allí porque se había juntado con unos amigos.

-¿Volvieron a cruzarse?

-No, yo durante todo enero estuve trabajando mucho en la Costa, y me había alquilado una casa en Capilla del Señor, así que no estuve en Capital. Después, empezó el año, el trabajo. Y un día me likeó una publicación de Instagram y digo: “Ah, este era el chico del bar...”. Me di cuenta por la foto, vi que me había empezado a seguir.

-Tenés más de 60 mil seguidores en Instagram, ¿te fijás en el movimiento de todos los usuarios?

-No, no presto atención porque me sigue mucha gente, pero todo pasa por algo. Y también es cierto que en vacaciones una tiene más tiempo.

-¿Te reconoció la primera vez?

-No, él no ve televisión y no sabía quién era yo, no tenía ni idea. Le gusté y por eso me hizo el comentario.

-¿Y cómo te encontró en Instagram si no te conocía?

-Preguntó por mí, le dieron mi nombre y el famoso buscador hizo lo suyo.

-¿Cómo siguió todo?

-Yo también lo empecé a seguir y comenzamos a charlar primero por privado de Instagram, después pasamos a WhatsApp, hasta que un día me dijo “Vamos a comer”.

-¿Fueron al mismo bar en el que se conocieron?

-No, insisto en que es como el patio de mi casa, voy todo el tiempo, así que fuimos a otro.

Perfume de primavera

-¿Cómo fue esa primera cita?

-Me pasó a buscar por mi casa. Cuando bajo, me estaba esperando en la puerta y me abraza como si nos conociéramos de toda la vida. Y me dice: “Olés a primavera”. Yo pensé “¡Guau!”. Me soltó instantáneamente, pero hubo una conexión en ese momento. Después nos seguimos conociendo y charlando, porque no es lo mismo verlo en persona, mirar sus gestos cuando habla.

-¿Te costó volver a confiar y apostar por el amor después de lo que atravesaste la última vez?

-Muchísimo, obviamente. Porque es difícil. Aparte, una se pone más grande y no es flexible, como a los 20 o 30 años.

-¿Y él conocía tu historia pasada?

-Siempre fue todo muy dialogado. A veces es difícil encontrar un hombre que hable. Y Marcelo habla, dice. Me gusta lo que dice, cómo lo dice: no lo tenés que interpretar o pensar qué me habrá querido decir. Es absolutamente claro, honesto, sincero, llano, no tenés que especular, si tiene una duda, me pregunta. Charlamos muchísimo. Y en ese sentido nunca hubo especulación. Y tampoco le importó demasiado mi historia anterior.

-¿Conviven?

-Estamos repartidos, porque él vive en zona norte y yo, en Belgrano, cada uno tiene su trabajo. Él volvió hace poco de Italia (fue a visitar a su hija, que vive allá), y cuando regresó dijimos: “Un poco en tu casa, un poco en la mía”.

-¿Y tienen ganas de unificar?

-Es demasiado temprano, pero está en los planes. Vamos a ver. Pero habría que unificar horarios, espacios, actividades. Porque cada uno está muy armado en su vida. Estamos adaptándonos para un lado y para el otro, con amigos de él, con mis amigos. Conociendo a nuestros respectivos entornos porque, insisto, él no es del medio, así que no tenemos a nadie en común.

-¿Conocés a su hija?

-Por fotos, porque vive afuera. La idea es conocerla en algún momento.

¿Y él conoce a tu familia?

-Yo tengo poca familia. La familia que heredé es de Marcelo Araujo, mi primer marido, con quien tengo una excelente relación. Todavía no lo conocen en persona, pero como a Marcelo, mi actual pareja, le encanta cocinar, cocina muy bien, dicen que les va a tener que hacer algo.

-Estuviste casada dos veces: ¿no hay dos sin tres?

-Él también estuvo casado dos veces, y es dos veces divorciado, como yo. Es un montón hablar de casamiento ahora, pero todo el mundo ya nos quiere casar. Yo no lo descarto porque para mí la vida en pareja, cuando estás bien, es el mejor estado. Todo esto es muy reciente y muy intenso a la vez. Pero a los dos nos pasa lo mismo: ponemos el freno de mano y al otro día arrancamos otra vez. Estamos viviendo una bendición, la verdad que es algo muy lindo.

-¿O sea que él tampoco descarta el casamiento?

-En el pasado, los dos hemos apostado a una firma, una unión. Y lo hemos hablado un montón de veces, pero esto nos sorprende un montón. Por eso ponemos el freno de mano y vamos paso a paso. Tenemos un montón de cosas lindas para vivir.

Disfrutar de la vida

Años atrás, la conductora atravesó dos enfermedades: primero cáncer de mama y más tarde, tuvo síndrome de Guillain-Barre, que, entre otros síntomas, le paralizó la cara y las piernas. Debió volver a aprender a caminar. Salió adelante de ambas.

-¿Cómo estás de salud?

-Estoy muy bien, gracias a Dios. Por supuesto que siempre haciéndome controles de mi primera enfermedad, estoy muy observada. Y de la segunda me habían quedado muchos dolores como secuela, pero se fueron hace un tiempo.

-¿Tenés que tomar algún recaudo?

-Toda mi vida hice una vida muy sana. No consumo ninguna sustancia. Y hasta me hice un estudio genético y estoy impecable, gracias a Dios.

Barajar y dar de nuevo

Fabiana Araujo pide no darle relevancia al fin de su último matrimonio, y hablará de ello desde la prevención y el consejo de invitar a las mujeres que atravesaron lo mismo a que se animen a denunciar. “He pasado por cantidad de cosas en mi vida y pude salir delante de muchas de ellas. Hay que confiar en que la vida nunca nos va a dar algo que no podamos manejar. Por más que estemos atravesando un momento de m… y que creamos que no puede manejar, puedo asegurar que se sale”, indica Araujo y aclara que desde que se divorció no volvió a tener contacto con su expareja.

-¿Seguís teniendo el botón antipánico?

-No puedo hablar porque hay una cautelar, pero por unos episodios que me siguen poniendo en riesgo, el juez me otorgó una prorrogación del botón antipánico.

-¿Te acostumbraste a llevarlo siempre con vos?

-Lo tengo adentro de la cartera, va conmigo a todos lados. Es la función que cumple, tenerlo al toque por cualquier circunstancia. Pero no quiero hablar de esto porque es algo pasado en mi vida. Lo hice público simplemente para que las mujeres sepan que hay herramientas.

-¿Tenés miedo?

-No, porque tomó estado público y eso, de alguna manera, es como un paraguas protector.

-¿Por eso decidiste hablar?

-Porque en ese momento había muchas mujeres que estaban atravesando lo mismo. Me escribieron algunas famosas, muy conocidas, y otras anónimas. Está bueno dar a conocer que la Justicia pone herramientas, porque a veces las mujeres sienten que no pueden hacer nada, que se tienen que bancar esa situación porque nadie las va a ayudar. Y hay herramientas: a mí, si el botón antipánico se queda sin batería, a los cinco minutos me llama la Policía. Re funciona. Pasa que a veces una desconfía o no sabe que se puede denunciar. Por eso en ese momento lo hice público.

Amor 2.0

Volviendo a su presente, Araujo disfruta de su nuevo amor, una relación de la que decidió hablar días atrás, cuando se reencontraron después del viaje de él a Italia. Se tomaron una foto y eligieron compartirla en las redes sociales, sin saber el revuelo mediático que generaría, sorprendiendo incluso a ella misma.

“Cuando me abrazaste en la puerta de mi casa, me dijiste ‘olés a primavera’. Fue tan espontáneo y extraordinario que supe que habíamos vivido mil primaveras en mil vidas. Ayer nos reencontramos para vivir todo lo que Dios quiera”, escribió la panelista de Implacables en su cuenta de Instagram junto a una romántica selfie de pareja.

Entre los miles de mensajes de aquella publicación, se destacó el del empresario. “Muero de amor por vos. Por mil años de primaveras interminables, de puestas de sol épicas, de mañanas con ricos cafés, almuerzos entre risas y cenas mirándonos a los ojos. Por mil años más lindos de nuestras vidas”, escribió Dimini.

-¿Te sorprendió la repercusión que hubo por el posteo?

-La verdad que sí. Mi vida es absolutamente pública, pero la de él no. Tampoco es fóbico, pero entiendo que puede ser mucho. Pero la verdad es que es todo transparente, no tenemos nada que ocultar. Ya está, qué va a ser. Prefiero, también, como todas las cosas que se empiezan a filtrar, que seamos nosotros los que lo blanqueemos y no empiecen con los enigmáticos. Yo laburo de esto, toda mi vida es transparente. No voy a ponerme en misteriosa.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/tras-vivir-un-drama-fabiana-araujo-volvio-a-apostar-al-amor-y-no-descarta-casarse-nos-conocimos-en-nid26042025/

Comentarios

Comentar artículo