La casa de la infancia de Donald Trump está ubicada en el barrio de Jamaica Estates, en Queens, Nueva York. Es de estilo Tudor y fue construida por Fred C. Trump en 1940 y adquirida por US$835.000. Ese monto representa menos de la mitad de los US$2,14 millones que alcanzó en 2017, cuando su valor se disparó debido a la notoriedad política del Presidente.
Pero hoy todo cambió: la vivienda está abandonada, ya que durante años permaneció desocupada y eso provocó un deterioro progresivo. Vecinos informaron que el lugar fue invadido por gatos salvajes y que la falta de mantenimiento causó la proliferación de moho en el sótano debido a la rotura de una tubería. Además, la fachada del inmueble refleja signos de descuido con múltiples avisos de “desalojo” y “corte de agua”, según New York Post.El precio de la residencia tuvo idas y vueltasDesde que Donald Trump ganó las elecciones en 2016, el valor de su antigua residencia experimentó un fuerte incremento. En diciembre de ese año, la casa se vendió por US$1,65 millones, casi el doble de los US$782.500 que había alcanzado en 2008. Apenas tres meses después, en marzo de 2017, fue revendida por US$2,14 millones, una cifra considerablemente superior a la de otras viviendas en la misma zona.
La popularidad del presidente impulsó estas cifras y atrajo el interés de compradores internacionales. Durante un tiempo, la casa incluso se ofreció en Airbnb por US$815 la noche, donde los huéspedes podían dormir en una habitación señalada como el lugar donde “probablemente fue concebido Donald J. Trump”. Sin embargo, con el paso del tiempo, el interés por la propiedad se desvaneció, y la falta de uso y mantenimiento terminó por reducir su atractivo.
La venta más reciente se concretó el 3 de marzo de 2025, cuando la empresa 1388 Group, una LLC con sede en Brooklyn, adquirió la casa a un precio considerablemente menor. Según los registros, el comprador obtuvo dos hipotecas por un total de US$931.500, que fueron destinadas tanto a la compra como a las renovaciones necesarias.
El nuevo propietario parece tener la intención de restaurar la vivienda para una futura reventa. Un vecino de la zona mencionó al New York Post que trabajadores de la construcción estaban desmantelando el interior de la casa, retirando tablones de madera y otros materiales en mal estado. Además, la presencia de un contenedor de basura frente al inmueble sugiere que las obras de restauración ya están en marcha.
Preocupación en la comunidad por el abandonoEl estado en el que se encontraba la casa generó malestar entre los residentes de Jamaica Estates, quienes durante años vieron cómo la vivienda se deterioraba sin que nadie se hiciera cargo. Algunos vecinos incluso asumieron tareas básicas de mantenimiento, como el cuidado del césped, para evitar que el lugar afectara la imagen del barrio.
Además del descuido estructural, la presencia de una colonia de hasta 30 gatos salvajes fue motivo de preocupación. Aunque voluntarios locales se encargaron de alimentar a los animales, la situación evidenció el abandono prolongado de la propiedad. Ahora, con la venta y las renovaciones en curso, la comunidad espera que la casa recupere su esplendor y deje de ser una molestia para el vecindario.
¿Qué futuro le espera a la casa de la infancia de Trump?El destino de la vivienda sigue siendo incierto. Aunque los trabajos de restauración sugieren que será puesta nuevamente en el mercado, no se sabe si su historia y vínculo con Donald Trump seguirán atrayendo compradores dispuestos a pagar una suma elevada.
Algunas especulaciones apuntan a que la casa podría convertirse en una atracción turística o incluso en un museo dedicado a la infancia del actual presidente. Sin embargo, tras la fuerte depreciación y la falta de interés en la financiación colectiva que en 2021 intentó recaudar tres millones de dólares para comprarla y donarla a Trump, parece poco probable que la propiedad vuelva a alcanzar los valores de venta que tuvo en su mejor momento.