River fue más que Boca durante todo el partido, terminó imponiéndose por 2-1 en el superclásico jugado por la fecha 15 del torneo Apertura, pero sobre el final tuvo un protagonista que ayudó, con sus atajadas, a sostener un triunfo que fue más claro en el juego que en el resultado: Franco Armani.
El capitán millonario venía teniendo un partido tranquilo, más allá del golazo de Miguel Merentiel en el primer tiempo luego de un pelotazo largo de Lautaro Blanco -pero se trató de algo asilado- pero sobre el final sí hubo un momento de incertidumbre porque la diferencia era un solo gol y, el fútbol, deja ese capítulo donde el equipo que está en desventaja arriesga todo lo que tiene para alcanzar el empate y, el que está ganando, se aferra a preservarlo. Eso generó que las líneas defensivas de River aparecieran más retrasadas.
Lo mejor de River y las atajadas de ArmaniBoca se aproximó con centros y tiros de esquina. Y de un córner vino la primera intervención de Armani: tras una ejecución de Carlos Palacios con derecha desde el costado izquierdo llegó la arremetida de Lautaro Di Lollo (el defensor central había ingresado para reemplazar a Marcos Rojo) y la estirada de Armani para meter el manotazo y evitar el 2-2. Iban 43 minutos del segundo tiempo.
Pero habría algo más: Nicolás Ramírez, árbitro del partido, adicionó cinco minutos pero luego terminó agregando otro más. Y tras otro centro, en este caso de Kevin Zenón ejecutado con zurda desde la derecha en el minuto 50, Armani respondió de gran forma para evitar el gol de cabeza de Ayrton Costa.
Marcelo Gallardo, entrenador de River, lo elogió en la conferencia de prensa: “Franco (Armani) siempre está. Aparece en los momentos en que se lo necesita. No es algo que desconozca. Y el equipo lo valora mucho”.
Hace tiempo que Franco Armani es una referencia en el arco millonario por trayectoria y títulos. Pero mantiene su vigencia con atajadas decisivas. River es un equipo que, de por sí, propone ofensivamente y asume algunos riesgos en defensa, lo cual lo obliga al capitán a estar atento para reaccionar ante cualquier dificultad.
Sin ir más lejos, ante Independiente del Valle, en la altura de Quito, por la Copa Libertadores, venía de tener una intervención clave en el arranque del segundo tiempo para que su rival nos se ponga 3-0 en el resultado. Manoteó la pelota y el balón rebotó en el palo. Después vino la reacción y el empate 2-2 gracias a los goles de Giuliano Galoppo y Sebastián Driussi. Pero, para que no queden dudas de sus prestaciones, una muestra más de esto se vio en el superclásico de este domingo.