Cuando el avión tocó el suelo firme de Ezeiza, a Eliseo Martínez lo embargó un alivio inconmensurable, una emoción más que se apiló en su torbellino de sensaciones. La incertidumbre ya lo acompañaba hacía tiempo, aunque estaba más acostumbrado a ella. Como inmigrante recién llegado a la Argentina, no sabía lo que el futuro tenía guardado para él, pero apenas unos días antes, como habitante venezolano, tampoco tenía demasiadas certezas.
Para Eliseo, sin embargo, no todo era incertidumbre. Al sur del mundo había llegado con dos deseos claros que sentía que allí podría conquistar: desarrollar sus pasiones, pero, por sobre todo, en tierra austral deseaba construir un lugar que pudiera llamar hogar.
Una vida común, un sistema cultural oprimido y Argentina en el horizonte: “Pensé en mi futuro y el futuro de mis hijos”En Venezuela, Eliseo llevaba una vida común. Estimulado siempre por todo aquello que despertara los sentidos, se dedicó desde muy joven a desarrollarse en el mundo de la gastronomía, que poco a poco se transformó en su profesión y rutina diaria. Cada vez que podía, buscaba asimismo un tiempo para conectarse con otras formas de expresión que lo apasionaban. Como productor musical y artista visual, exploraba por aquellos caminos diversas alternativas para expandir su mundo y enriquecer el universo culinario.
Pero la idea de una vida en paz y encaminada parecía alejarse cada día más. A Eliseo, el contexto político y socioeconómico de su país lo ahogaban; tampoco se sentía en eje cuando observaba la realidad del sistema cultural.
“Pensé en mi futuro y el futuro de mis hijos”, dice al rememorar su llegada a la Argentina. “Mi familia comprendió perfectamente mi decisión, igual que mis amigos, muchos de ellos, la verdad, ya habían emigrado por motivos similares”.
Argentina y los impactos culturales: “Es difícil que tener acceso a productos”A pesar de compartir lengua y continente, los impactos culturales llegaron de inmediato. Desde la primera interacción y mientras buscaba junto a su familia una vivienda que pudiera llamar hogar, varios gestos, palabras, conversaciones, llamaron su atención.
Y para cuando por fin halló ese espacio propio, en un barrio común y corriente, y con la sensación de que se trataba de un lugar `centrado a tierra´ donde podría ver a sus hijos crecer felices, los hábitos y las costumbres argentinas ya dibujaron su patrón.
“Me impactó lo de saludar con un beso, la afección que tienen por el fútbol, y cómo la política atraviesa cada cosa que hace el argentino”, describe Eliseo. “Pero también la calidez de sus relaciones interpersonales hace que te sientas muy a gusto. Me sorprendió el recibimiento de los argentinos hacia las demás personas, eso es muy positivo”.
“Y el asado es increíble, pero me sorprendió mucho que es difícil tener acceso como consumidor a productos tal vez no tan corrientes, o de pequeños y medianos productores, en cualquier mercado o lugar, cosas que en Venezuela son de acceso común”.
Trabajar en una ciudad ecléctica y curiosa: “Buenos Aires presenta mucha oferta”Dispuesto a vivir de su carrera y pasión, Eliseo emprendió de inmediato su búsqueda dentro del paraguas de la gastronomía, un rubro que halló muy extenso y colmado de un amplio abanico de oportunidades laborales dentro de la capital argentina.
Aparte de chef, había llegado con credenciales como artista visual y productor musical, lo que le abrió puertas en una ciudad ecléctica, curiosa y amante de experiencias gastronómicas y culturales.
“En este rubro, encontré que Buenos Aires presenta mucha oferta, ya sea free lance, trabajando para alguna compañía o algún restaurante”, asegura Eliseo. “Esto se traduce en la calidad de vida, que fue uno de los motivos por el cual tomé la decisión de migrar a este país”.
“Claro que a pesar de la calidez argentina que se nota, en cuanto a los vínculos humanos, hay gente con gran calidad humana, y otra que no tiene ningún tipo de calidad, y creo que es un mal latinoamericano, en Venezuela pasa lo mismo”.
Un lienzo en blanco para una experiencia multisensorial: “Evocar algún tipo de emoción”Poder fusionar comida, música y las artes visuales es un sueño hecho realidad, y Buenos Aires, un lienzo en blanco que Eliseo supo aprovechar. Tras pasar por trabajos en relación de dependencia, decidió crear su propio universo, un espacio donde pudiera ofrecer una experiencia multisensorial a los comensales.
Dispuesto al desafío de emprender en Argentina, el venezolano se transformó en socio y dueño de su propio restaurante (Dieztreinta). Para ello, lanzó un concepto desafiante, no solo por su propuesta, sino por el reto que significa apostar por un país tantas veces impredecible para todo aquel que se aventure en algún negocio.
“Mi misión como artista es la multisensorialidad, y como chef, evocar algún tipo de emoción; la sorpresa, por ejemplo, es una de las más gratificantes”, dice con una sonrisa. “Pero también generar algo que te deje pensando, donde te preguntes cómo llegamos allí. También mi deseo es seguir indagando, seguir experimentado, seguir haciendo”.
“En la actualidad, el mayor desafío en este contexto argentino es la baja de consumo. Otro reto es no hacer lo que está haciendo todo el mundo, lo que está de moda; hacer las cosas bien y apuntar a que la gente quiera volver”.
Dos deseos cumplidos en Argentina: “¡Es imposible vivir en dos lugares a la vez!”Hace nueve años, Eliseo llegó a la Argentina con un manojo de sueños y unas cuantas incertidumbres. Hoy mira agradecido su recorrido donde sus dos anhelos se transformaron en su camino y su presente: desarrollar sus pasiones y encontrar hogar.
Con su espíritu emprendedor en marcha, el esfuerzo rinde sus frutos, por ello, él puede afirmar con voz calma que en Buenos Aires encontró un lugar al que puede llamar hogar.
“Una de las cosas que te da y enseña emigrar y estar fuera de tu país es la resiliencia; tener paciencia, aprender a desligarse también un poco de las cosas, ¡es imposible vivir en dos lugares a la vez! Lo he pasado antes. Buenos Aires no es el único lugar fuera de mi país donde viví. Por eso te enseña a sentirte con una identidad más abierta, como se dice: un ciudadano del mundo. Y la enseñanza más grande es aprender a adaptarte constantemente. Esta es una de las características fundamentales que uno logra viviendo lejos del país donde nació y creció. En Argentina encontré un hogar y está en expansión”. concluye.
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Argentina Inesperada es una sección que propone ahondar en los motivos y sentimientos de aquellos extranjeros que eligieron suelo argentino para vivir. Si querés compartir tu experiencia podés escribir a argentinainesperada@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.