Con el foco puesto en los vetos presidenciales, la oposición en Diputados prepara una jugada legislativa para abrir el debate sobre temas sensibles y medir fuerzas con el Gobierno. Con una sesión pedida para el miércoles a las 12, Unión por la Patria, el bloque de Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal), la Coalición Cívica y el sector crítico del radicalismo (Democracia) buscarán forzar el tratamiento en comisión de una batería de proyectos: el financiamiento universitario, la emergencia pediátrica, el nuevo reglamento para destrabar la investigación del caso $LIBRA y las iniciativas fiscales impulsadas por los gobernadores -el reparto automático de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la redistribución del impuesto a los combustibles líquidos-.
Pero la jugada va más allá de esos temas. El verdadero objetivo es preparar el terreno para insistir con las leyes que Javier Milei vetó: el aumento jubilatorio del 7,2%, la nueva moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. Si logran que las comisiones activen esta nueva agenda, la oposición podrá reunir todo en una sesión clave antes de las elecciones de octubre. El golpe simbólico al Gobierno se volvería entonces político y estratégico.
El paso legislativo no es menor: si esta semana se aprueba la moción de emplazamiento, la próxima semana los proyectos deberán tratarse en comisión. Si consiguen dictamen, quedarán listos para llevar al recinto, donde podrían ser tratados junto con la insistencia de los vetos. De ese modo, la oposición buscaría no solo sumar volumen político, sino también consolidar el quorum en un escenario donde cada voto cuenta.
Ese número clave -129 diputados presentes- es el mínimo necesario para habilitar el recinto, y la oposición está muy cerca de alcanzarlo esta semana. Con algunas ausencias, los bloques críticos arañan los 131. Además de UP, Pichetto y los radicales moderados, se espera el aporte de la Izquierda y de diputados sueltos como Lourdes Arrieta (exoficialista), Mario Barletta, Fabio Quetglas (UCR) y el cordobés Héctor Baldassi.
Pero el contexto político amenaza con contaminar la discusión. El jueves vence el plazo para la inscripción de alianzas nacionales y todas las miradas están puestas en Pro, donde aún no se define si habrá un acuerdo formal con los libertarios. Las negociaciones están empantanadas y, mientras tanto, nueve diputados macristas -que se abstuvieron en la votación por el aumento previsional- se convierten en el botín más codiciado por ambos bandos. María Eugenia Vidal (CABA), Silvia Lospennato (Buenos Aires), Germana Figueroa Casas (Santa Fe) y Ana Clara Romero (Chubut) integran ese lote determinante.
La votación original del aumento jubilatorio dejó en evidencia una paridad milimétrica: 142 votos afirmativos, 67 negativos, 19 abstenciones y 28 ausentes. Si se repitiera ese esquema, tanto el oficialismo como la oposición estarían a 10 votos de sus metas: los críticos del Gobierno necesitan llegar a 152 afirmativos -los dos tercios de los 228 presentes- para rechazar el veto e insistir con la ley; el oficialismo, en cambio, requerirá reunir al menos 76 rechazos para sostener el veto, es decir, un tercio del total de presentes, como lo establece la Constitución Nacional.
En este contexto, el diputado cordobés Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal) advirtió en redes sociales que una nueva abstención funcionaría, en los hechos, como un voto negativo. Y explicó por qué: los dos tercios se calculan sobre los presentes, por lo que, si no se quiere acompañar la ley, es más funcional ausentarse que abstenerse. El mensaje fue claro y dirigido a los “prescindentes”.
¿Por qué abstenerse en la sesión que tratará el veto de Milei a la ley de jubilaciones favorece al Gobierno y no a los jubilados? Te lo explico sencillo 👇
Cuando el Presidente veta una ley, el proyecto vuelve a la Cámara de origen (en tema jubilaciones sería la Cámara de…
Aun así, en la oposición no se ilusionan: repiten que irán “paso a paso” para evitar errores de cálculo. Los dos tercios están lejos, pero el Gobierno tampoco los tiene garantizados. Con los aportes del MID, de los seis radicales libertarizados y de varios gobernadores aliados, Milei se acerca al número necesario para bloquear cualquier intento opositor. Le faltan apenas un par de manos para llegar a los 87 votos.
Se descuenta, en tanto, que para la moratoria y la emergencia en discapacidad el oficialismo ya cuenta con el tercio asegurado.
“Hay que hacer la sesión en plena campaña para que quienes respalden el veto y la política de la crueldad paguen costos”, deslizan en los pasillos opositores. Si no logran imponerse, ya tienen una carta para jugar en la arena electoral: exhibir al Gobierno rechazando beneficios para jubilados y personas con discapacidad.