La iniciativa sorprendió: hace tres días, el primer ministro británico, Keir Starmer, impulsó una iniciativa para que Adolescencia, la exitosa serie de Netflix, se vea de forma gratuita en todas las escuelas secundarias del país, para tener oportunidad de reflexionar sobre los temas que la ficción aborda. El objetivo es “animar a la mayor cantidad posible de estudiantes a ver el programa”, afirmó Starmer, que, contó que vio la miniserie junto a sus hijos adolescentes.
A raíz de esta noticia, la producción que está en boca de casi todos los que trabajan con adolescentes, también se empezó a meter en las escuelas locales. Si bien, hasta el momento las autoridades no anunciaron oficialmente que van a proponer verla en clase, tanto desde los colegios privados, como desde los de gestión pública crece el interés por impulsar una iniciativa de este tipo. Distintos establecimientos privados consultados por LA NACIÓN contaron que tienen pensado incorporarlo en sus abordajes, ya sea dentro de la Educación Sexual Integral (ESI) como transversalmente en materias como ciudadanía, comunicación y consumos, psicología, entre otras.
El subsecretario de Educación de la provincia de Buenos Aires, Pablo Urquiza, confirmó a LA NACIÓN que utilizarán la serie británica para alentar el debate de temas que tocan a la adolescencia y que los preocupan: el bullying y el crecimiento de los discursos de odio contra las mujeres y la desconexión entre el mundo de los chicos y el de los adultos, sean padres o docentes, entre otros. “Tenemos que aprovechar que la serie instaló estos temas en la discusión social, es un buen momento para utilizar el interés de toda la comunidad en la serie para alentar un debate profundo, que produzca conocimiento y compromisos, y que nos permita, preventivamente, detener la proliferación de los discursos discriminatorios y de odio que están en crecimiento”, dijo Urquiza. Y agregó: “Si bien no es muy frecuente en nuestra provincia la participación de adolescentes en subculturas como los incels, o al menos no es algo que esté apareciendo en las escuelas secundarias, tenemos que actuar preventivamente, porque es muy probable que a partir de ahora empiecen a aparecer”. El funcionario anticipó que se comenzará a utilizar como material audiovisual los capítulos de la serie, pero que esto estará sujeto a criterio de los docentes, por el momento.
En el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, si bien no se va a utilizar oficialmente ni se van a promover acuerdos con la plataforma para acceder libremente a ese contenido, sí la ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel, publicó en sus redes sociales hoy sobre la serie de la que todos hablan. “Adolescencia nos enfrenta a una realidad que no podemos ignorar: jóvenes atrapados en la ansiedad de las redes, la necesidad constante de validación, el aumento de autolesiones, trastornos alimenticios, depresión, intentos de suicidio y el impacto del exceso de pantalla en su bienestar emocional”, escribió Miguel en su cuenta de X.
Las redes sociales están desconectando a nuestros hijos
La serie Adolescencia de @netflix nos enfrenta a una realidad que no podemos ignorar: jóvenes atrapados en la ansiedad de las redes, la necesidad constante de validación, el aumento de autolesiones, trastornos alimenticios,… pic.twitter.com/gmAO4akImI
“Las redes sociales están haciendo estragos en la salud mental y el equilibrio emocional de nuestros jóvenes. La evidencia muestra una relación directa entre el tiempo en pantalla y el deterioro emocional y académico. Según datos de la OCDE, el 45% de los estudiantes siente ansiedad cuando no tiene el celular cerca. Y según los resultados de PISA 2022, más de la mitad (54%) de los estudiantes argentinos de 15 años reconoce distraerse en clase con dispositivos digitales, una cifra superior al promedio de la OCDE (30%). Desde el Ministerio de Educación trabajamos para que la escuela sea un espacio de aprendizaje y bienestar. Regulamos el uso del celular en el aula porque sabemos que la concentración y la salud emocional son necesarias para aprender. Creamos un protocolo para casos de ciberviolencia, formamos docentes y trabajamos con estudiantes, desde el nivel inicial hasta la secundaria, en educación socioemocional como aprendizaje fundacional”, agregó.
“La decisión del primer ministro británico es excelente. Las películas y series han logrado promover importantes debates sobre temas esenciales. Y solo una minoría de estudiantes, especialmente en nuestro país, cuenta con el abono a la plataforma que les permite ver la serie. El problema que enfoca la serie Adolescencia afecta directamente a los adolescentes para quienes el principal uso de Internet son las redes sociales”, describe Roxana Morduchowicz, doctora en comunicación, especialista en cultura juvenil y consultora principal de Unesco en Ciudadanía Digital.
“La identidad y cultura juvenil no puede entenderse sin abordar la relación de los adolescentes con las tecnologías. El 95 por ciento de los adolescentes argentinos tienen un perfil en alguna red social. Los discursos intimidatorios, agresiones y violencias siguen circulando en las redes sociales y los vulnera. El bullying que sufren en las redes sigue siendo un problema grave que viven cotidianamente. La escuela necesita hacerse eco de estos problemas, ponerlos en palabras, debatirlos y enseñar a construir una convivencia plural, que valore las diferencias también en el entorno digital. Para muchos adolescentes, la escuela sigue siendo el único lugar para tratar estos temas que tanto los afectan”, agrega Morduchowicz.
Según la especialista, lo que se debate en todo el mundo es la necesidad de que la escuela forme a los estudiantes como ciudadanos digitales para que aprendan a hacer un uso seguro, responsable, reflexivo, ético y creativo de las tecnologías e Internet.
En las escuelas bonaerenses“Nosotros somos siempre partidarios de que expresiones culturales, artísticas y audiovisuales estén presentes en las escuelas, porque nombran de otra manera, permiten poner palabras allí donde muchas veces el discurso de los docentes encuentra límites”, explica Urquiza. Y completa: “La escuela siempre va a ser un espacio de diálogo, de escucha y de debate”.
¿Qué temáticas dentro de lo que aborda la serie les parece que sería una buena puerta de entrada para la conversación? “Adolescencia aborda un aspecto muy importante que es la relación intergeneracional, esa vulnerabilidad del mundo adulto de poder escuchar, de poder comprender a los chicos y la escuela como escenario”, indica el subsecretario de Educación bonaerense.
“Un tema muy relevante es la deconstrucción de los vínculos violentos. Desde noviazgos violentos, amistades, la vinculación mediante las pantallas y los nuevos formatos de encuentro tecnológico”, dice. También los preocupa el crecimiento de los discursos de odio y el fomento de ciertos sectores como un recrudecimiento de la discriminación de género, aunque no advierten todavía la problemática que significa el crecimiento de las comunidades incels, como en otros países. “No lo hemos visto en torno a la problemática que presenta la serie, pero probablemente también este sea un disparador que nos lleve a poner un oído y una mirada atenta en este aspecto”, añade.
En el entorno de los colegios privados, la serie está teniendo un eco particular: “Adolescencia ha tenido un impacto mundial. Su mensaje no solo interpela a los jóvenes, sino también a los padres, docentes, adultos y organizaciones escolares. Si la serie genera un impacto, su tratamiento no debe limitarse únicamente a las aulas con guías específicas, sino que debe invitarnos a todos a una profunda reflexión como sociedad”, explica Martín Zurita, secretario ejecutivo de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas de Argentina (Aiepa), que nuclea a unas 5000 escuelas en todo el país.
“La serie destaca la necesidad de un mayor acercamiento a los adolescentes, tanto en el ámbito familiar como escolar. En este sentido, algunas provincias han avanzado con leyes de educación emocional, reconociendo la importancia del acompañamiento en la formación de los jóvenes. Sin embargo, esto no es suficiente. Adolescencia evidencia el enorme desafío que representa sostener el proceso educativo en este contexto, donde las instituciones educativas requieren no solo herramientas pedagógicas, sino también autonomía y respaldo de los sistemas educativos. Así como las escuelas intentan escuchar activamente a los adolescentes, también deben poder establecer los límites que ellos mismos reclaman para su desarrollo y contención”, aporta Zurita.
Maximiliano Borgia, apoderado legal del Instituto Sagrada Familia, en el barrio de Flores, considera que la decisión del gobierno británico es acertada y podría tener un impacto positivo. “Las escuelas son espacios de encuentro y debate, construcción y socialización además de enseñar contenidos. La decisión (de usar la serie como material pedagógico) conlleva la responsabilidad de tener preparados los equipos docentes y contar dentro del plantel con gabinetes psicológicos para poder abordar y dar respuesta a las inquietudes que puedan desprenderse. Es una buena decisión si se puede utilizar como herramienta pedagógica y de construcción vincular”, expone. “La serie resulta muy acertada a las problemáticas que se evidencian en la educación media. Que el tema tenga repercusión mundial convoca a revisar los diferentes roles de los adultos en todos los ámbitos del entramado social”, concluye.
“Los adolescentes hablan y opinan sobre la serie. El darles un espacio para conversar de la temática y si es necesario corregir preconceptos erróneos es sumamente importante”, plantea Nahir Sánchez, directora de nivel secundario del Colegio Santa Ana, de General Pacheco, en Tigre. “No podemos o no debemos dejar que una serie que atraviesa tanto a los adolescentes quede por fuera del sistema educativo siendo tan enriquecedora desde el material que se puede trabajar dentro de las aulas”, señala. Y completa: “Las temáticas que se ven en la serie como por ejemplo el acoso, la falta de responsabilidad frente a la virtualidad y los grupos de pertenencia, entre otras temáticas, son cuestiones que atraviesan a los adolescentes. La escuela no solo es un espacio de aprendizaje, sino también de pensamiento crítico y aprendizaje social”.
“Es una buena decisión incorporar la serie como herramienta pedagógica. La escuela es un universo multiplicador. Siempre es positivo darle prioridad a la comunicación o a la conversación de estos temas con los adolescentes, el punto clave es hablar. Todo lo contrario de cómo se piensa que mejor es callarse y mirar para otro costado. Hay que hablar sobre la violencia, sobre cómo se comunican los adolescentes, la manera de vincularse, sobre lo que ven en las redes sociales, sobre lo que consumen”, argumenta la psicóloga Lucila Goldwasser, orientadora educacional de la Escuela Sendas Verdes, de Longchamps. “Está buenísimo que nos den esta herramienta audiovisual para dar un ejemplo concreto de las repercusiones que esto puede tener el mal uso de las redes sociales”, finaliza.