Muchas veces vemos detalles en objetos, accesorios e indumentaria y nos detenemos a pensar cuál es el rol que cumplen; esto ocurre con el bolsillo pequeño y delantero que tiene cada uno de los jeans que solemos usar. Aunque para algunos puede tratarse de una cuestión de diseño, tiene un propósito que se remonta a varios siglos atrás y que quedó plasmado para siempre.
Todo empezó en 1873, cuando Levi Strauss y Jacob Davis crearon estos pantalones para los trabajadores del Oeste norteamericano y, sin saberlo, revolucionaron el mercado. A raíz de que esta vestimenta la llevarían puesta durante extensas jornadas laborales, pensaron en diseñar una división que sirviera para guardar de forma segura pequeños objetos valiosos, como el reloj del bolsillo.
Con la popularización de los relojes de pulsera, el bolsillo para reloj dejó de tener su función original, pero se mantuvo en el diseño de los jeans como un elemento distintivo de los clásicos pantalones que nunca dejar de estar de moda. Pese a que algunos no lo utilizan, otros sí.
“Los cowboys solían llevar sus relojes de bolsillo colgados de una cadena del chaleco. De esta manera, introdujimos un pequeño bolsillo en los vaqueros para que pudieran guardar el reloj y no se les rompiera”, se lee en el sitio de la marca Levi Strauss & Co. Además, la misma compañía indica que aquella división solía llamarse “watch pocket” o “bolsillo de reloj” y que no por nada a esto se les llama “vaqueros”.
Pero, ¿cuál es el origen de los jeans, los pantalones versátiles que todo el mundo tiene al menos uno en su armario? Todo se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Levi Strauss, un inmigrante alemán en Estados Unidos, desarrolló una prenda resistente para los trabajadores, inicialmente mineros, del oeste americano. En 1873, junto con el sastre Jacob Davis, patentaron la idea de utilizar remaches para fortalecer las zonas de tensión de los pantalones de la tela denim, lo que significó el nacimiento del “blue jean” que conocemos hoy, sobre todo por su capacidad para soportar el uso intensivo sin desgastarse rápidamente.