Semanas atrás, el periodista Carlos Pagni reveló en LN+ el caso de la llegada de un vuelo desde Miami el 25 de febrero con al menos diez bultos de equipaje sin control. La única pasajera del jet privado fue Laura Arrieta, empleada del empresario Leonardo Scatturice que integró el comité organizador de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que tuvo lugar a principios de diciembre en Buenos Aires en el Hotel Hilton y en donde disertó Javier Milei, entre otros referentes libertarios.
Cuando se dio a conocer la noticia por parte de Pagni, el vocero Manuel Adorni tildó el hecho como “imposible” e incluso afirmó que Arrieta había llegado solo con un carry on y una mochila. “Es fácticamente imposible que alguien haya visto a alguien con diez valijas”, dijo el portavoz, que afirmó que todo el equipaje fue debidamente chequeado. Pero los fiscales Claudio Navas Rial y Sergio Rodríguez aportaron pruebas que demostrarían lo contrario.
En las últimas horas, Navas Rial y Rodríguez presentaron en la Justicia un dictamen en el que reconstruyeron cómo fue la llegada de Arrieta con los bultos de equipaje que, advirtieron en su presentación, no fueron controlados.
En tanto, según detalló la Aduana, el avión en cuestión quedó en situación de tránsito en un hangar del aeropuerto hasta el día 5 de marzo, cuando partió con destino final a París, “en donde también se efectuaron los trámites de rutina sin que se registraran novedades”.
Los bultos en cuestión venían en la aeronave propiedad de Leonardo Scatturice -accionista de Flybondi y uno de los nexos entre el Gobierno y el círculo cercano al presidente Donald Trump- que llegó a Aeroparque y en donde también iba Arrieta.
El dictamen de 47 paginas que presentaron los fiscales, al que accedió LA NACION, detalló que de los al menos diez bultos de equipaje que llegaron al país solo fueron declarados cinco y que no fueron debidamente controlados.
Qué dice el dictamenEn su presentación, los fiscales dijeron: “Del material fílmico aportado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria se constata que el punto operativo contaba con tecnología de control no intrusivo (escáner) y con un dispositivo tipo “semáforo” destinado a activar el mecanismo de revisión selectiva. No obstante, se observa que, mientras el área se encontraba libre de aglomeraciones, los tripulantes y la pasajera del vuelo N18RU fueron reconducidos por personal aduanero (...) hacia una vía secundaria, sin atravesar los escáneres ni ser sometidos a revisión de equipaje“.
El dictamen advierte, además: “Durante el mismo lapso -entre las 08:56 y las 09:20 horas-, comenzaron a ingresar otros pasajeros al mismo sector, todos los cuales, sin excepción, fueron sometidos al control de equipajes mediante escáner”.
Y sostiene: “Esta diferencia en el tratamiento resulta particularmente significativa, ya que no obedeció a una situación de congestión ni a una saturación operativa que justificara una alteración en la dinámica de control. Tampoco se trató de un procedimiento aleatorio accionado por el semáforo u otro dispositivo automatizado, sino que, tal como se aprecia en las imágenes, el desvío fue una decisión expresa y directa del personal aduanero, adoptada a pesar de la disponibilidad de medios tecnológicos para llevar a cabo la inspección”.
El dictamen advierte además que se puede observar a la pasajera Arrieta con un “comportamiento inusual”.
Los fiscales dan cuenta en su dictamen del testimonio de un agente que informó que “el traslado de la pasajera hacia la zona de arribos internacionales y la descarga del equipaje demoraron más de lo habitual, aproximadamente entre 15 y 20 minutos”, y que “vio descender a la pasajera de la aeronave portando un teléfono celular -sin poder precisar si era propio o ajeno-, el cual fue entregado a una agente de Aduana”.
El paso a paso de la llegada:A las 08:12 del 26 de febrero se registra la primera imagen del avión matrícula PRVN18RU en la pista del aeropuerto Jorge Newbery. También se distingue una camioneta presuntamente oficial que habría sido la utilizada para trasladar al personal de la Oficina de Pista hasta la aeronave, según los fiscales.Minutos después del aterrizaje, se acercan al avión una camioneta blanca –que según los fiscales sería de la Policía de Seguridad Aeroportuaria– y dos vehículos negros. Según las declaraciones reunidas en el expediente, el avión queda cerrado (lo cerró el comandante) y no vuelve a abrirse hasta que parte rumbo a París, días después. En el vehículo que se ve salir hacia la derecha serían trasladados la pasajera del avión, Laura Belén Arrieta, y los dos tripulantes, José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto, hacia las oficinas del aeropuerto. El dictamen relata que un testigo –agente que se acercó al avión a su llegada– declaró que Arrieta, tras descender del avión, le entrega un teléfono celular a una agente de Aduana.En una de las imágenes se observa el ingreso del personal de Aduanas al área de Migraciones. De la camioneta negra de Royal Class (compañía vinculada a Leonardo Scatturice, que es además el dueño del avión) bajan una persona de la empresa, los dos tripulantes y la pasajera. Los tres viajeros hacen luego los trámites de Migraciones. En una de las imágenes se ve a Arrieta, con su cartera rosa, en pleno proceso.Después, relata el dictamen, “el personal aduanero procedió a acompañar a la tripulación, a la pasajera y al personal de la compañía aérea hasta el sector de equipajes”. Los tres viajeros llegan al hall de la Aduana, donde se controlan los equipajes, pero los fiscales indican que una agente les abre el paso por un canal que no estaba habilitado y les permite así eludir los escáneres.Arrieta avanza con su teléfono y su cartera, una vez sorteada la Aduana, mientras los tripulantes y dos empleados cargan con las valijas. Se quedó en la Argentina hasta el 5 de marzo, cuando tomó el mismo avión rumbo a París.Explicación oficialEste martes, Juan Pazo, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), habló del caso y defendió el accionar del equipo aduanero; se trata del primer funcionario mileísta en referirse a la polémica tras conocerse las nuevas imágenes.
“Se impulsó una denuncia penal que recayó en el juzgado N°2 de Pablo Yadarola, con lo cual, la lógica indica que si hubiésemos querido ocultar algo lo último que hubiésemos hecho es iniciar este procedimiento nosotros mismos", indicó este martes el funcionario y sumó: “Cuando hicimos este sumario, la Aduana no detectó ninguna irregularidad y la Justicia continuó investigando. Ahora es tiempo de darle al juzgado de Pablo Yadarola la posibilidad de seguir adelante con la investigación”.
En diálogo conA24, el funcionario dijo que “no se escanea el 100% de las valijas y del equipaje que viene a la República Argentina”, por lo que no habría ninguna irregularidad ante la falta de control en esta situación. “Es increíble que nos estén acusando por esto con la cantidad de reformas que hicimos para flexibilizar los procesos aduaneros”, planteó.