Días de trueno: excesos, accidentes, un amor que nació en las pistas y la secuela que cruzaría a Tom Cruise con Brad Pitt

“¡Tenemos que hacer una película sobre esto!”, gritó Tom Cruise tras probar un NASCAR. Lo que siguió fue una producción épica llena de excesos, accidentes y una guerra creativa que cambió Hollywood

Treinta y cinco años antes de que Brad Pitt conquistara las pantallas con F1, Cruise ya había acelerado hacia la gloria cinematográfica con Días de trueno. Ahora, con la posibilidad de un crossover entre ambas películas, los secretos, excesos y accidentes que casi impidieron que el film de 1990 llegara a los cines cobran nueva relevancia.

Si F1 representa el automovilismo de alta velocidad, Días de trueno capturó la esencia brutal y visceral de NASCAR. Pero detrás de las cámaras se desarrolló una historia dramática: drogas, romance, accidentes reales y un presupuesto que se disparó al doble.

Todo comenzó cuando Paul Newman presentó a Cruise y al propietario de equipos de NASCAR, Rick Hendrick. Tras probar un auto de carreras en el Daytona International Speedway, Cruise salió del vehículo con una sola idea en mente.

Dos protagonistas, un amor

Ambientada en el competitivo mundo de las carreras de NASCAR, la película cuenta la historia de Cole Trickle (Tom Cruise), un joven piloto reclutado para competir en la Winston Cup Series. Con la ayuda del veterano jefe de equipo Harry Hogge (Robert Duvall), Cole debe superar sus miedos y rivalidades, especialmente con el campeón Rowdy Burns (Michael Rooker), para alcanzar la gloria en las 500 Millas de Daytona.

El personaje de Cole Trickle está inspirado en el piloto real Tim Richmond, según Mental Floss, “un piloto de NASCAR fogoso, fiestero y mujeriego que murió de sida en 1989”. Aunque el apellido rinde homenaje a Dick Trickle, un veterano piloto de NASCAR, la personalidad del personaje de Cruise se basó en Richmond.

El proceso de casting para el papel de la doctora Claire Lewicki (Nicole Kidman) fue complejo y competitivo. IMDB revela que una larga lista de actrices de primer nivel fueron consideradas para el papel: desde Kim Basinger, Sandra Bullock, Jodie Foster, Sarah Jessica Parker, Madonna, Heather Locklear y Michelle Pfeiffer a Molly Ringwald, Julia Roberts, Meg Ryan, Brooke Shields, Sharon Stone y Ally Sheedy, todas rechazaron el papel.

La elección final de Nicole Kidman no fue casual: Tom Cruise aprobó que Nicole Kidman fuera su interés amoroso en la película después de que se le sugiriera que viera su actuación en Terror a bordo (1989), por una recomendación que el corredor de autos y comentarista deportivo Jerry Punch le había hecho al director Tony Scott.

Punch, reportero de ESPN especializado en NASCAR, trabajó como asesor técnico en la película debido a su conocimiento tanto del mundo de las carreras como del entretenimiento televisivo. También tuvo un cameo en la película interpretándose a sí mismo.

Lo cierto es que el set de Días de trueno fue testigo del inicio de una de las relaciones más famosas de los años 90: Cruise y Kidman se conocieron durante el rodaje, que marcó el debut de la actriz oriunda de Australia en el cine estadounidense.

La química entre ambos trascendió rápidamente la pantalla. Comenzaron a salir durante la producción y se casaron en diciembre de 1990, apenas seis meses después del estreno. Esta fue la primera de las tres colaboraciones cinematográficas de la pareja, seguida por Un horizonte lejano (1992) y Ojos bien cerrados (1999). Su matrimonio duraría una década, hasta su divorcio en 2001, convirtiéndose en una de las parejas más mediáticas de Hollywood durante los noventa.

Una curiosidad: Kidman quería estudiar neurocirugía para preparar su papel, pero los productores le dijeron que sería “una pérdida de tiempo”, dado el ritmo acelerado de la producción.

La guerra creativa que casi destruye la película

El rodaje se convirtió en un campo de batalla creativo entre personalidades poderosas. Los productores Don Simpson y Jerry Bruckheimer, quienes habían trabajado previamente en Top Gun junto al director Tony Scott y el guionista Robert Towne (ganador del Oscar por Chinatown) libraron una batalla épica por el control artístico de la película.

El conflicto principal surgió cuando cada uno de los responsables intentó imponer su visión particular del proyecto. Las diferencias creativas se intensificaron hasta el punto de que, según testimonios de la época, podían pasar horas enteras discutiendo sobre aspectos aparentemente menores, como el encuadre específico de una sola toma o la ubicación exacta de una cámara.

Esta confrontación constante generó un ambiente de tensión que paralizó la producción en múltiples ocasiones. El enfrentamiento entre egos fue tan intenso que la película inevitablemente comenzó a acumular retrasos significativos y sobrecostos que casi duplicaron el presupuesto original de 35 millones de dólares.

Durante la preproducción, la película recibió el apodo de Top Car en la industria y, efectivamente, terminó siendo lo que los críticos describieron como la "Top Gun con autos de carreras".

IMDB revela que “la producción comenzó sin un guion terminado. Las escenas solían escribirse el mismo día del rodaje”. El AFI Catalog documenta que “los miembros del equipo permanecían inactivos durante largas horas; algunos dijeron más tarde que habían acumulado suficiente pago de horas extras para irse de vacaciones durante cuatro meses completos después de terminar el rodaje”.

Towne entregaba nuevas páginas cada mañana, lo que obligó a implementar soluciones creativas para mantener el ritmo. Charles Fleming, biógrafo de Don Simpson, relata que “durante un tiempo, Cruise leía los diálogos nuevos desde el tablero frontal de su auto de carreras a toda velocidad hasta que apartar la vista de la carretera provocó un accidente”. Para evitar nuevas distracciones, comenzó a llevar un auricular especial para que le pasaran los diálogos por esa vía.

Excesos y adicciones

Don Simpson convirtió el set en su parque personal de diversiones, alimentado por un consumo descontrolado de drogas. Fleming documenta en su biografía que el productor consumía “una farmacia de medicamentos incluyendo Valium, Vicodin, litio, Xanax, Desyrel y fenobarbital”.

En Daytona, “Simpson y Bruckheimer gastaron 400 mil dólares para convertir un local comercial vacío en su hotel y su gimnasio privado, con un gran letrero de neón que decía Días de trueno“, documenta Fleming. Simpson también mantenía un armario lleno de vestidos de Donna Karan para ofrecer a las mujeres que sus asistentes encontraban en la playa y organizaba fiestas privadas donde aparecían invitados especiales como el rapero Tone Lōc.

Las adicciones del hombre detrás de éxitos como Top Gun y Flashdance afectaron directamente la producción. “El alcohol y la cocaína abundaban”, relata Fleming. Un asistente recordó: “Una mañana encontré tres bolsas de cocaína pegadas detrás de un almohadón en un sofá”.

Por otro lado, Simpson había logrado que Towne escribiera un papel para él como “Aldo Bennedetti”, un veterano piloto de carreras, pero sus escenas fueron desastrosas. Según el editor Billy Weber, “las tomas diarias eran dolorosas; para Tony Scott y Towne era evidente que sus escenas simplemente no funcionaban”. Finalmente, fue Tom Cruise quien se opuso a las secuencias extensas de Simpson y el papel se redujo a una sola línea.

Accidentes y una logística caótica

Cruise protagonizó su propio accidente cuando, por inexperiencia con autos de NASCAR, “giró a la izquierda, intentó volver a la derecha y se salió de control”, destruyendo una cámara de cien mil dólares montada en el vehículo, recordó el piloto consultor Hut Stricklin.

Otro momento crítico ocurrió cuando “un coche perdió el control y chocó contra un grupo de cámaras, un accidente que costó una larga demora y cuarenta mil dólares en equipo”, reportó Gary Lucchesi, entonces jefe de producción.

Jerry Bruckheimer reveló a ESPN la magnitud del desafío logístico: “Alguien trabajaba en un coche de carreras en algún lugar las 24 horas del día. Rodábamos con ellos en el circuito, los destrozábamos y los cargábamos en camiones para llevarlos de vuelta a Hendrick Motorsports. Trabajaban en ellos toda la noche, los arreglaban y los enviaban de vuelta. Luego los destrozábamos de nuevo”.

Rick Hendrick confirmó el daño: “Definitivamente terminaron sin nada. Lo sé porque en un momento dado teníamos a la mayoría de ellos alineados detrás del edificio, como un cementerio de Días de trueno ahí fuera".

Una anécdota particularmente reveladora es que, según Fleming, “la fotografía principal de Days of Thunder terminó sin una toma del auto de Cruise cruzando la línea de meta".

La película se filmó en los circuitos más emblemáticos de NASCAR: Daytona International Speedway, Charlotte Motor Speedway, Bristol Motor Speedway, Darlington Raceway y North Wilkesboro Speedway. También se rodaron escenas en Daytona Beach y DeLand, Florida.

Para lograr autenticidad, Rick Hendrick de Hendrick Motorsports construyó autos especiales equipados con cámaras que compitieron en carreras reales de NASCAR.

Una banda sonora destacada

Hans Zimmer compuso la música con la colaboración especial de Jeff Beck. “Creo que es el músico más increíble con el que he trabajado. La razón por la que hice Días de trueno fue una excusa para trabajar con Jeff Beck", declaró Zimmer.

La producción musical adquirió especial relevancia con temas que dotaron al largometraje de una atmósfera propia del formato videoclip musical. Artistas como Elton John, Joan Jett, Cher, Guns N’ Roses y Chicago contribuyeron con piezas que complementaron la narrativa visual de la película.

El tema central “Last Note of Freedom” fue creado específicamente para el film e interpretado por David Coverdale, vocalista principal de Whitesnake, quien fue contactado por solicitud expresa de Tom Cruise.

Críticas y... ¿una secuela?

A pesar de recaudar 157 millones de dólares mundialmente, Días de trueno recibió críticas mixtas en su estreno. Los críticos señalaron las similitudes evidentes con Top Gun, pero la película logró establecer su propio lugar en la cultura popular. Jerry Bruckheimer reflexionó: “Fue una película estupenda. Tom estuvo genial en ella”.

Kyle Busch, campeón de NASCAR, confesó: “No exagero al decir que entre los seis y los diez años probablemente vi esa película unas 200 veces”. Quentin Tarantino defendió el film con una perspectiva única: “Soy un gran fanático. Para mí, Días de trueno es la película que Grand Prix (1966) y Le Mans (1971) deberían haber sido. Claro, tenía un gran presupuesto, grandes estrellas y un gran director como Tony Scott, pero tenía la diversión de esas primeras películas de AIP. Simplemente no creo que funcione si te tomas todo demasiado en serio“.

Treinta y cinco años después, mientras F1 domina las taquillas mundiales, Días de trueno permanece como el antecedente directo que demostró que las películas de carreras podían ser tanto espectáculo visual como fenómeno cultural. Una producción caótica que casi no llega a los cines, pero que estableció las bases para el éxito actual del género y ahora podría regresar para crear el crossover cinematográfico más esperado del automovilismo.

En noviembre de 2024, The Hollywood Reporter informó que “Tom Cruise estaba en conversaciones finales para protagonizar y producir una secuela de Días de trueno“. Esta noticia cobró nueva relevancia cuando el director Joseph Kosinski reveló a GQ en junio de 2025 su visión para un crossover entre Días de trueno y F1 de Brad Pitt.

“Descubrimos que Cole Trickle y Sonny Hayes (el personaje de Pitt en la película F1) tienen un pasado. Fueron rivales en algún momento, quizá se cruzaron... Escuché sobre una épica batalla de karts en Entrevista con el vampiro que tuvieron Brad y Tom, ¿y quién no pagaría por verlos enfrentarse en la pista?“, declaró Kosinski.

Esta posibilidad de crossover se enmarcaría en la secuela de Días de trueno que Cruise estaría planeando, lo que representaría el encuentro entre dos eras del cine de carreras: la NASCAR de los 90 con la Fórmula 1 actual, uniendo dos generaciones de adrenalina cinematográfica en una sola película.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/dias-de-trueno-excesos-accidentes-un-amor-que-nacio-en-las-pistas-y-la-secuela-que-cruzaria-a-tom-nid22072025/

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