Después del jefe de seguridad interior, el gabinete de Netanyahu busca destituir a la Fiscal General

Después de la destitución de Ronen Bar, jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia y seguridad interior, una medida que fue suspendida por la Corte Suprema, el gabinete israelí aprobó hoy una moción de censura contra la fiscal general del país para iniciarle el proceso de destitución. Los críticos del primer ministro Benjamin Netanyahu afirmaron que la medida forma parte de sus intentos de socavar la independencia del poder judicial y purgar a los funcionarios que considera desleales.

Netanyahu y sus aliados acusa a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, de buscar minar su poder. La moción de censura en su contra, así como la aprobación por parte del gabinete días antes del despido de Bar, han reavivado las protestas callejeras que recuerdan la agitación generada por los planes del gobierno para reformar el poder judicial antes del inicio de la guerra con Hamas en 2023.

En una carta dirigida hoy al gabinete, Baharav-Miara afirmó que la moción de censura no formaba parte del proceso formal requerido legalmente para su destitución. Añadió que el gobierno de Netanyahu busca colocarse “por encima de la ley, actuar sin contrapesos, incluso en los momentos más delicados”, refiriéndose, entre otras cosas, a la guerra en Gaza.

Los expertos legales afirman que el despido de Baharav-Miara probablemente durará varias semanas debido a los controles que se llevan a cabo desde hace tiempo para proteger su independencia. Su cese deberá ser considerado primero por un comité especial de nombramientos, que actualmente carece de algunos miembros y no puede reunirse hasta que se cubran las vacantes.

El ministro de Justicia y viceprimer ministro de Israel, Yariv Levin, quien presentó la moción de censura ante el gabinete, emitió un comunicado tras la decisión en el que afirmaba que el pleno apoyo de los ministros y sus duras palabras contra Baharav-Miara “dan testimonio de la intensidad de la ruptura que la fiscal general ha provocado en sus relaciones con el gobierno”.

Levin afirmó que seguiría el debido proceso para su destitución, pero añadió que esperaba que presentara su renuncia de inmediato, “como cualquier persona íntegra lo habría hecho en esta situación”, para permitir la elección de su sucesor sin demora. Baharav-Miara había sido citada a la reunión del gabinete, pero decidió no presentarse.

Ronen Bar, el funcionario de inteligencia contra el cual actuó Netanyahu, envió una dura carta al gobierno calificando de ilegal el proceso para despedirlo y diciendo que los motivos del primer ministro eran “fundamentalmente defectuosos”. En espera de una audiencia, la Corte ha dejado de momento en suspenso el despido de Bar.

Netanyahu sostiene que está fortaleciendo la democracia israelí al frenar lo que describe como extralimitaciones de funcionarios no electos y otorgar más poder a su gobierno, que sí fue electo. Sin embargo, sus oponentes consideran estas medidas como parte de un intento del primer ministro para eliminar los controles sobre su poder y expulsar a quienes considera personalmente desleales.

Baharav-Miara, de 65 años, fue nombrada fiscal general en 2022, durante un breve período en el que Netanyahu no lideró el gobierno de Israel. Desde su regreso al poder ese mismo año, ambos han tenido repetidos enfrentamientos por cuestiones políticas, incluida la reforma judicial.

En Israel, el fiscal general está facultado para emitir decisiones legalmente vinculantes para el gobierno, incluyendo informar a los funcionarios que las políticas que desean promulgar son ilegales. Esto convierte al cargo de Baharav-Miara en uno de los pocos controles al poder ejecutivo en Israel, un país sin constitución formal.

Baharav-Miara también supervisa el sistema judicial, que procesa a Netanyahu por acusaciones de corrupción en tres casos distintos. El primer ministro ha estado testificando en su juicio, que lleva años en curso, y niega haber cometido ningún delito.

“Es el conflicto de intereses más grave que se pueda imaginar”, declaró Amir Fuchs, experto legal del Instituto para la Democracia de Israel, un grupo de investigación independiente con sede en Jerusalén. “No es posible que un gobierno liderado por un acusado pueda despedir a su fiscal”.

Los críticos de Netanyahu han señalado que un nuevo fiscal general podría suspender o incluso cancelar su juicio por corrupción.

En el caso del despido de Bar, Netanyahu afirmó que había perdido su confianza en el director del Shin Bet debido a desacuerdos no especificados. Bar afirmó entonces que su lealtad era hacia el pueblo israelí.

Bajo la dirección del Bar, el Shin Bet ha estado investigando una posible injerencia qatarí en las tomas de decisión israelí, incluso dentro de la propia oficina de Netanyahu. Al destituirlo, Netanyahu actuó motivado por un “grave conflicto de intereses”, escribió Bar en la carta al gobierno, distribuida por su oficina.

A pesar de la decisión del gabinete israelí de hoy, Netanyahu y sus aliados no pueden destituir a Baharav-Miara tan rápidamente como lo hicieron con Bar. En cambio, lo más probable es que tengan que seguir un proceso complejo que implica un comité independiente y múltiples audiencias, y se espera que el asunto acabe finalmente en los tribunales.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/despues-del-jefe-de-seguridad-interior-el-gabinete-de-netanyahu-busca-destituir-a-la-fiscal-general-nid23032025/

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