La burocracia argentina suele convertirse en el enemigo número uno de los emprendedores. Los requisitos para abrir un negocio pueden cambiar de un municipio a otro, hay trámites en los tres niveles del Estado que muchas veces implican tener que desembolsar dinero cuando apenas se arranca y los tiempos de espera para obtener los permisos pueden poner a prueba la paciencia. A eso se le suman los costos tributarios, que se llevan gran parte de las ganancias que tiene un negocio.
“Tu gran socio, que no elegís, es el Estado. El Estado argentino es burocrático, es un socio obsoleto a nivel nacional, a nivel provincial y a nivel municipal. Los funcionarios y los gobernadores de turno deberían entender y aprender que para que un país salga adelante necesitás muchos emprendedores emprendiendo, mucha gente creando negocios que generen autoempleo y que también le den empleo a dos, tres o cuatro personas más", consideró Esteban Wolf, CEO de Chocorísimo, en el cuarto capítulo de la serie audiovisual “Manual de Emprendedores”, elaborado junto con Andreani y Personal.
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Por todo esto, el 60% de los emprendedores considera que es difícil o muy difícil realizar trámites con el Estado, de acuerdo con un informe de la Asociación de Emprendedores de Argentina (Asea). Entre los principales desafíos, mencionan que es complicado acceder a algún programa o beneficio público, la obtención de permisos, habilitaciones o certificaciones, o registrar y formalizar las empresas.
“La burocracia es una piedra en la mochila de los emprendedores. Necesitamos que los emprendedores tengan más tiempo para emprender, para ser creativos, para probar, para pivotear, para juntarse, para armar equipo. La burocracia es un obstáculo que insume tiempo, costo y es una inversión que muchas veces los emprendedores no tienen cuando empiezan. Los trámites llevan tiempo y la Argentina hoy está de la mitad de la tabla para abajo en términos de facilidades y simplificaciones para los emprendedores, pero estamos empezando a ver un cambio de tendencia", dijo Patricio Gigli, consultor de emprendedores y políticas públicas, miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Emprendedores de Argentina (Asea) y director de Más Empresas.
Los trámites infaltablesHay algunos trámites que son infaltables para poder abrir un negocio. El primer paso que debe realizarse para tener los papeles al día es tener un CUIT e inscribirse ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), ya sea como monotributista, responsable inscripto o una sociedad. Estar en una categoría u otra puede depender de varios aspectos, como los ingresos futuros, los metros cuadrados que tiene el local comercial, los consumos de energía del lugar y hasta cuánto cuesta el producto más caro que está en venta.
“Una cuestión a tener en cuenta cuando uno se inscribe en el monotributo y, por ejemplo, se hacen trabajos artesanales como la carpintería. Ningún producto de forma individual puede ser facturado por más de $466.000. Si se hace una única factura y se vende una mesa, un armario o muebles por $700.000, es causal de exclusión del monotributo, incluso sin haberse pasado de los topes. Esto es importante para quienes venden productos que tengan valores importantes y estén dentro del monotributo, porque en esos casos es mejor facturarlo en módulos“, explicó Mariano Ghirardotti, socio principal en Estudio Ghirardotti, tributarista y asesor de emprendedores.
La forma más sencilla y económica para empezar es tener un monotributo, un régimen simplificado que fue diseñado para los pequeños contribuyentes. Todos los meses se tiene que pagar una única cuota fija, que varía según la categoría en la que se está inscripto, pero que cubre el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), Ganancias, los aportes jubilatorios y de la obra social. Incluso, si se emprende cuando todavía se tiene un trabajo en relación de dependencia, solo se tiene que pagar el componente impositivo.
Entre los errores más frecuentes que cometen los emprendedores en su relación con el fisco, Ghirardotti mencionó que debe seguirse de cerca los parámetros de facturación para no pasarse al régimen general, remarcó que las tasas de interés resarcitorios por no pagar impuestos son elevadas y que hay que tener las facturas que respalden el stock de la mercadería. “Hay comercios que no se preocupan en conseguir el comprobante de los gastos, tienen contrato en negro o no piden factura y después tienen un disgusto con el inspector de ARCA. Te cancelan la inscripción o te clausuran”, advirtió.
Otro de los trámites para arrancar un negocio es inscribirse en Ingresos Brutos. Si la actividad se desarrolla exclusivamente dentro de una jurisdicción, como por ejemplo la Ciudad de Buenos Aires, la inscripción se hace ante el organismo recaudador provincial. En este caso, está bajo el ala de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP). En cambio, si el emprendedor opera en dos o más provincias, el trámite se tiene que hacer mediante un Convenio Multilateral, un sistema que distribuye la base imponible del impuesto entre las distintas jurisdicciones en las que se opera.
El trámite suele hacerse online, con el CUIT, y se completan los datos de la actividad económica que se desarrolla. En el caso de la AGIP, según los montos de ventas, los emprendedores pueden inscribirse en el régimen simplificado de Ingresos Brutos y, de esa forma, abonar una cuota bimestral fija, sin necesidad de realizar declaraciones juradas mensuales.
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Por último, antes de empezar a facturar, es necesario gestionar la habilitación de los puntos de venta ante ARCA. Actualmente, se puede elegir entre tener un controlador fiscal, emitir factura electrónica o tener los dos sistemas de forma simultánea.
Sin embargo, con impuestos que nacieron como temporarios y se quedaron para siempre, y con tasas municipales que no dan una contraprestación a cambio, una pyme puede llegar a pagar hasta 39 cargas tributarias en los tres niveles del Estado, de acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
“No se fomenta la creación de empresas cobrando impuestos, tasas municipales o habilitaciones. Como emprendedor no quiero ningún beneficio, pero quiero que eliminen los impuestos irrisorios. Decirle a un emprendedor que tiene que poner $500.000, $5 millones o $50 millones para instalar una pizzería, es abusivo. Es abusivo cobrarle Ingresos Brutos a un emprendedor que está en su primer mes de ventas, que vendió una docena de empanadas y todavía no ganó plata. Es abusivo cobrarle tasa de seguridad e higiene directa sobre la venta a un emprendedor que tiene tres meses de vida o dos años de vida. Para que la Argentina salga adelante necesitamos un Estado eficiente. Generar las condiciones necesarias para que cada vez haya más emprendedores, que se creen más empresas y se generen más puestos de trabajo”, cerró Wolf.