Martín Díaz, abogado de Cristian Graf, el principal sospechoso de la muerte de Diego Fernández Lima, insistió este viernes, en los estudios de LN+, en la inocencia de su representado y minimizó su presunta actitud encubridora el día del hallazgo de los restos óseos.
En primer lugar, confirmó que el juez nacional en lo Criminal, Alejandro Litvack, aún debe definir si hace lugar a la declaración indagatoria a Graf, solicitada por el fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación del homicidio.
Abogado de GrafEn ese sentido, expresó: “Todavía no tenemos fecha de la indagatoria. Está equivocándose de camino el Ministerio público. El Estado tendría que averiguar la verdad y no dedicarse a buscar a una persona a quien castigar. Cristian no sabe lo que hicieron a Diego. No sabe lo que pasó y desconocía que el cuerpo estaba ahí. Todo lo que está en el jardín para arriba lo puede ver, pero lo que estaba bajo tierra, lo desconoce”.
Testigo de oídasDíaz aseguró que la imputación de “encubrimiento agravado” y “supresión de evidencia” contra el sospechoso por parte del fiscal Perrando, quien fundó su acusación en los testimonios de los albañiles, está basada en la figura penal llamada testigos de oídas (personas que declaran sobre hechos que no presenciaron directamente y conocen del testimonio de otra).
“El juez tiene que tener una convicción firme y tiene que estar basada en elementos probatorios sólidos; no puede estar basada en especulaciones”, remarcó.
En esa línea, sostuvo que las explicaciones del principal sospechoso sobre el origen de los restos óseos hallados en el fondo de su casa a los albañiles se dieron en un contexto de una “charla de Doña Rosa”, en un intento por relativizar esas declaraciones potencialmente incriminatorias. “Esa charla es desde el desconocimiento”, sostuvo.
Graf, al enterarse del descubrimiento macabro, primero aludió a la existencia de una iglesia en donde habrían sido enterradas personas. Luego, a la posterior presencia de un establo y, por último, que los huesos habían venido ocultos sin que nadie lo notara en un camión que transportaba tierra para rellenar su terreno en el fondo cerca de la pileta, próxima a donde se hallaron.
La obsesión por un árbolRolando Medina Rodas, quien ya declaró ante la fiscalía y se encargó de la demolición y excavación de la medianera en la obra ubicada en la avenida Congreso 3748 donde se encontraron los huesos de Fernández Lima, reveló que Graf, “inquieto”, había prohibido a los albañiles tocar una árbol que estaba en la línea de la medianera, muy próximo a donde luego se hallaron los restos de Diego.
Consultado sobre estas “exigencias” de Graf, Díaz, se limitó a decir: “El arbolito es la famosa Santa Rita”, y siguió insistiendo en la inocencia de su representado.
“No podemos establecer con seguridad si en la última semana de julio del 84´ la familia Graf estaba o no en su domicilio”.
Sobre este punto, enfatizó que “el cuerpo no estaba en la casa, estaba en el parque” y que en ese entonces existían otros accesos al jardín, más allá del hogar de los Graf. “Había otras formas de entrar: por el pasillo que empezaba en la avenida Congreso y terminaba en el fondo, pasando el terreno de Graf, y por un baldío en la calle Naón”.
En el cierre de la entrevista, volvió a defender a Cristian. “Graf no tenía relación con Diego. No iban al club, no pertenecen a la misma comunidad. No eran compañeros de curso en el año 84. No estaban bajo la misma aula”.
Y desvió la responsabilidad hacia el otro lado de la medianera. “Graf no lo mató. Lo mata una persona y lo entierra en ese lugar. Graf desconoce porque no fue el autor del hecho. Posiblemente la persona que comete el homicidio es la que lo entierra. El cuerpo aparece sobre una ligustrina y la medianera. ¿Por qué no nos preguntamos quién vivía en la casa donde vivió Cerati? Había una familia alemana”, concluyó.